A veces pienso
que deseo tantas cosas,
tantas.
Que deseo tener esto, y aquello,
y renovar las cosas que ya tengo por otras más nuevas,
más grandes tal vez,
mejores por cierto,
más actualizadas.
A veces lo pienso mejor,
y me doy cuenta que en realidad no las deseo,
que no deseo casi nada.
A veces lo pienso mejor,
y creo que lo único que deseo,
realmente,
con el corazón,
es una casa de barro,
con piso de tierra,
junto a un árbol que dé sombra a mediodía,
y cerca de un arroyo cristalino
que cante la canción de las aguas.
A veces lo pienso mejor,
y me doy cuenta que esto que realmente deseo,
que parece algo tan simple,
una bobada,
en realidad
de simple
no tiene nada.
.
Me resultan familiares esas conclusiones... ;)
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