Y entre esas todas, me encantan, me quitan el aire, las mujeres en moto.
No me refiero a esas vestidas de cuero negro de pies a cabeza, con chaqueta con remaches brillantes y tatuajes en los brazos, sino a cualquiera que ande en moto (el cuero negro y los tatuajes también me gustan, por cierto, pero no necesariamente deben ir todos los ingredientes juntos).
Como esta chica que se detuvo junto a mi auto la otra tarde, levantó la visera de su casco, me miró a los ojos y sonrió...
Sólo porque mi madre -a quien llevaba en el asiento trasero- me lo dijo, supe que había cambiado la luz verde. Que si voy solo, aún estaría allí, alelado. (la foto se la tomé después, en un semáforo que la detuvo).
Y, si a una moto le agregamos un uniforme... peor aún, que cuando vi a esta policía de Perú, tuve -tuve- que sacarle una foto...
(No se de dónde saqué este lado fetichista...)
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Seguro que Freud te daría alguna respuesta rápidamente, con lo dado que era a los simbolismo. Yo también podría pero no tengo un prestigio que me preceda...
ResponderEliminarPues en Barcelona te ibas a forrrar...aquí casi todas conducimos moto antes que coche.
ResponderEliminar*-*
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