08 agosto 2013

Otra cosa es con guitarra...



Mi negrita siempre me decía:
yo no sé, no entiendo, el por qué la gente se aferra tanto a la vida, 
si la vida es tan triste y penosa...

Y ahora,
ahí está, mirando a todos lados, buscando -anhelando- encontrar una forma de permanecer con nosotros.

No es por ella, en todo caso.
No.
Eso no cambiará nunca, bajo ninguna circunstancia.
No es por ella.

Es por nosotros.

Es por los niños,
esos sobrinos que tanto ama, y que son en su vida como los nietos que sabe que no llegará a ver.
La atan, esos niños.
Llora, porque quisiera poder estar siempre cerca,
y velar por ellos como ha hecho desde que eran pequeñitos.

Es por su hijo.
Ese grandote veinteañero que aún parece de quince,
inmaduro, inconsciente de lo que estamos viviendo,
y siempre dependiente de nosotros.
Se desespera ante la sola idea de dejarlo solo,
ante la idea de que no habrá quien cuide de él, como ella lo hace,
como siempre lo hizo.

Es por mí.
Por su marido, por este viejo huraño y cascarrabias que tanto la disgusta a veces,
pero a quien nunca ha dejado de querer.
No consigue imaginarme solo, con mis tantos achaques a cuestas,
sin nadie que me cuide como ella,
sin nadie que vele por mí.
No consigue imaginarme así, sin que se le escape alguna lágrima.

Mi negrita,
la misma que siempre estuvo dispuesta a abandonar una vida que la entristece,
sí, que la entristece,
porque no puede hacer por los demás todo lo que quisiera,
porque no puede evitar que otros sufran,
porque no soporta ver tantos rostros tristes por los que nada puede hacer,
porque quisiera hacer tanto por los demás,
y no está a su alcance hacer nada,
no puede ahora renunciar a vivir,
no puede,
porque piensa en nosotros,
porque no logra vernos viviendo sin ella...



Y,
¿saben qué?
la verdad, pura y dura,
es que yo tampoco
lo logro...


.




2 comentarios:

  1. disfruta cada minuto con ella... y sigan luchando hasta el final.. no se den por vencidos....
    Fuerza para ella y para vos también..
    besos y abrazos!!

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Sólo dilo, no te cortes...