10 diciembre 2013

Todo un señor...


El traje, de riguroso negro,
hacía resaltar la blanca camisa,
nívea como los guantes que llevaba en las manos,
y ofrecía fuerte contraste
con el rojo corbatín que llevaba al cuello.

Al notar que lo miraba,
clavó los ojos en los míos, con aire circunspecto,
y una mirada fría e inquisitiva
(no exenta de arrogancia),
me recorrió de arriba abajo.

Me sentí medido,
tasado
y evaluado.

Entonces,
la frialdad de su mirada se tornó en franco desprecio,
la rigidez de su espalda desapareció,
y -olvidado ya de que tan despreciable ser lo estaba observando-
levantó su mano derecha para,
tras de darle un par de lengüetazos,
continuar acicalándose...


Todo un señor Don Gato...

1 comentario:

  1. Estaba el senor don Gaaaato....sentadito en su tejado.....marramamiau, miau...

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Sólo dilo, no te cortes...