¿Más de año que no escribía?
Cómo pasa el tiempo.
Como pasa todo, en realidad. Inexorablemente.
Y bueno, como siempre fue, mi negrita tenía razón.
Yo, se lo dije muchas veces, no quería seguir viviendo sin ella.
Pero lo último que me pidió fue que lo hiciera, que no dejara solo
a nuestro hijo, que me mantuviera firme por él.
Me obligó a seguir.
Me pidió también que buscase a alguien, que rehiciera mi vida,
que tratara de ser feliz el tiempo que me restara.
Y aunque pensé que no podría, y aunque no busqué a nadie,
bien lo sabe cualquiera que me rodeara,
esa alguien me encontró a mí.
Y me devolvió, si no el entusiasmo, al menos las ganas de vivir.
Aun no he conseguido superar lo vivido,
y mucho menos lo que he perdido. No, eso no es fácil.
Pero al menos tengo una razón para levantarme cada día,
y alguien en quién pensar,
y a quien dedicar mis días.
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