Me va a doler, lo sé.
Me dolerán esta noche todos mis no tan viejos huesos.
Y probablemente me dolerá mañana cada paso que dé.
Pero no importa, esta noche.
Y no importará, mañana.
No importa, ni importará, porque valió la pena,
Hacía mucho tiempo que no iba a una playa.
Aunque toda la ciudad se extiende junto al mar,
y en cinco minutos de conducir ya podría estar junto a su orilla,
aunque me motiva, me gusta, me tranquiliza
escuchar el ruido de las olas y
el chiar de las gaviotas,
hacía mucho tiempo que no iba a una playa.
Hoy, así de buenas a primeras,
decidimos con mi negra ir a dar un paseo.
Y fue bueno.
Fue bueno estar ahí,
dejar que las olas me mojaran,
ver a los chorlitos correr por la orilla de la playa,y a las garumas hacer acrobacias sobre nuestras cabezas.
El aire marino,
el sonido del oleaje sobre las rocas,
la arena mojada bajo mis pies...
Sí, valió la pena.
[Nota ilustrativa: Mi querida enfermedad hace que no soporte la excesiva humedad...]
.
Me había asustado, ¡¡¡ no encontraba tu blog!!!. Contenta de que estés aquí. Feliz año nuevo.
ResponderEliminarEl culpable de que no lo encontraras fui yo.
ResponderEliminarLa culpable de que volvieras a encontrarlo es cierta Lady, que me dio un tirón de orejas...
Yo tampoco te encontraba, feliz año!!!
ResponderEliminarHas visto????...se te quiere por aquí!!!!
ResponderEliminarA veces hacemos cosas que sabemos nos dolerán..pero son tan tentadoras!!!!
Feliz 2013 para ti y para tu negrita!!!
Muak
A veces el dolor compensa.
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