06 octubre 2008

De plantas, mariposas y cuncunas...

... o de la vida misma.

¿A quién no le gustan las mariposas?
supongo que a todo el mundo...

Con ser un insecto,
igual son hermosas, igual sugieren ideas
y pensamientos agradables,
sus vívidos colores y sus erráticos vuelos de flor en flor
nos llevan a soñar despiertos,
a olvidar los problemas
y a relajarnos...

Por eso, cuando empezamos a llenar de floridas plantas
nuestro patio,
esperábamos -¿cómo no?
que se poblara también de estos gráciles seres...


Pero,
el sempiterno pero de esta vida infame,
que todo lo enloda
y todo lo dificulta,
nos olvidamos de un punto fundamental...

¿de dónde salen las mariposas?

Cuando las vemos volar de un lado a otro,
como pequeñas y mágicas hadas de una tierra de ensueño,
olvidamos por completo
su ciclo de vida...

Olvidamos que, en algún momento, son cuncunas...
coloridas, espinosas, grandes y muy hambrientas cuncunas
que arrasan con nuestras queridas plantas
al primer descuido...



Y nos dejan en la encrucijada,
en el dilema insoluble (¿ser o no ser?)
de decidir
si vale la pena sacrificar el objeto de nuestros esfuerzos
por las frágiles hadas de nuestro jardín...