17 abril 2009

Envidio a mi vecina...




Nunca lo imaginé,

ni habría creído que sucedería...

Pero hace unos días atrás,

me dí cuenta de ello...

Todo empezó una noche algo calurosa

en que me agobiaban las preocupaciones,

el strees laboral (recién llegaba del trabajo)

aún no me soltaba.

Así, sali a mi jardín,

a oscuras y en silencio, buscando algo de paz...

y me encontré con una sorpresa, que me alegró el día,

y refrescó mi alma:

en la oscuridad de la noche, y en mi jardín, cantaba un grillo

su alegre canción...

Fué una gran sorpresa para mí,

que hizo venir a mi mente

una oleada de recuerdos,

de largas noches de verano,

noches de campo, de luna, de grillos,

de juegos...

Toda tristeza quedó atrás,

el stress en el olvido...

Me sentí reconfortado, alegre,

tranquilo, feliz...

A la noche siguiente,

salí a por un nuevo concierto, pero ya no se oía...

mi grillo no estaba, aunque a lo lejos,

como en sordina, mas que oírse se adivinaba su canto...

Tras la muralla,

cantaba en el jardín vecino...

Por mi esposa, al día siguiente,

me enteré que el grillo vivía allí,

en el patio de mi vecina,

y que la noche en que lo escuché

sólo había venido de visita...

Y yo, que no deseo la casa,

ni el auto, ni los bienes

de otras personas,

descubrí que envidio profundamente a mi vecina,

por su jardín con música de grillo...

03 abril 2009

Pero a veces no tanto...

La vida es triste...
Y se pasa muy rápido, las pocas veces que no lo es...


Dejé de escribir.
Tal vez porque las cosas ya no están tan mal.
Tal vez porque no sería justo
seguir hablando con tristeza de mí,
de una vida que, para nosotros,
no es ya tan triste,
habiendo tanta gente para la que sí lo es...