25 diciembre 2009

Esto se acaba, señores...


Al fin,
ya pasan de las doce,
y la famosa navidad se acaba...

Cada vez me desagrada más, cada vez me vuelvo un poco más Grinch...
¿y, no me encuentran razón?

¿Cómo puede alegrarme que me saluden por navidad
personas que el resto del año no me llaman ni por error de discado?
¿Cómo pueden esperar que yo les atienda
lleno de alegría?

No entiendo...

13 diciembre 2009

Perfección, o suicidio...

Mi padre siempre me dijo
que todo lo exagerado es malo…

Pero ¿qué puedo hacer?
Nacido Virgo –por más que no crea en el zodíaco-
no puedo evitar el pretender/querer
ser perfecto
y hacerlo todo perfecto…

Y que difícil que resulta
cuando intentas luchar contra eso.

Tuvimos un inventario.
Salió bastante mal.
Quise dejarlo así, para demostrar que,
sea quien sea que esté a la cabeza de esto,
las cosas no van a mejorar mientras no se hagan cambios radicales.

Pero, maldita costumbre de querer hacerlo todo bien,
cuando me entregaron los resultados
para hacer los informes finales,
no pude evitar revisarlo todo,
repetir muchas cosas para comprobar que hubieran sido bien hechas,
hacer esto y aquello para reparar muchas cosas irreparables,
disfrazar cosas que se veían mal,
aplicar un poco de maquillaje,
y he aquí que ahora
me encuentro ante un inventario aceptable,
que me perjudica directamente,
porque da la falsa impresión de que -quien ahora ocupa mi puesto-
lo hace mucho mejor que lo que yo lo hacía…

Y, modestia y vanidad aparte –sí, ambas-,
eso nunca será así…

07 diciembre 2009

Grinch...


Este año,
me siento Grinch...

No que odie la navidad,
más bien,
es que odio la navaciedad, la superficialidad con que se viven estas fiestas...

Odio esa gente que dice:
"yo tengo que pasar la navidad con mi familia",
pero durante el año prefieren pasarse el fin de semana durmiendo todo el día,
en lugar de visitarlos y compartir con ellos.

Odio las aglomeraciones de gente en todas partes,
buscando regalos que "tienen" que comprar...
Odio ver cómo se endeudan para poder entregar lo que creen que deben dar en navidad,
y no prestan atención a dar lo que deberían dar...

Odio ver niños exigiendo recibir lo que ven en las pantallas de sus televisores.
Odio ver padres esforzándose por dárselo.
Odio ver el rostro de esos niños que saben que nunca recibirán lo que ven en las pantallas de sus televisores.
Odio ver el rostro de esos padres que saben que no podrían
-de ninguna manera-
dárselo.

Odio ver esa gente que abraza,
besa, saluda,
manda tarjetas,
a personas de quienes no se preocupan en todo el resto del año.

Odio el intercambio de presentes en el trabajo,
y el "amigo secreto",
cuando todos saben que nadie se lleva bien con nadie durante el resto del año.
¿Para que ser hipócritas un día?
¿No sería más honesto tratar -durante todo el año-
de mejorar las relaciones personales?

Odio la falsedad de esta fiesta,
única fiesta, si lo piensas,
que aumenta la tasa de suicidios,
la tristeza,
la sensación de vacío
de tanta gente,
que a causa de este día,
toma conciencia de una soledad que sobrelleva bien todo el año,
pero que ahora, en estas fechas,
y de tanto ver imágenes y películas navideñas,
parece tener otra dimensión,
una más grande,
más agobiante,
más ineludible
y más presente...

¿Habrá otro día en el año
en que se rompan más ilusiones
y se pierdan más esperanzas?

Este año, sé también Grinch...

06 diciembre 2009

" "


¿Por qué será que, cuanto más ganas de escribir tengo, menos encuentro sobre qué escribir?

Echo de menos aquellos tiempos,
en que cualquier cosa que veía, o suceso que ocurría a mi alrededor,
bastaba para que tuviese algo que decir...
¿Será -acaso- que los años no pasan en vano,
y que hasta la imaginación empieza a gastarse?

No quiero pensar en ello.
Sólo sé que tengo sed de escribir,
y no puedo saciarla...

04 noviembre 2009

...

Un poco de descanso,
con sólo un turno alejado del trabajo,
con el correo inaccesible porque está saturado desde hace una semana,
sin llamadas al celular,
cada vez más aislado de lo que pasa,
a 200 kms. de la mina,
sin poder enterarme de los problemas,
sin que nadie me pregunte –por enésima vez- como hacer lo que le he enseñado ya 3 o 4 veces como se hace,
sin que nadie me pida cosas a última hora,
sin urgencias a deshora,
sin problemas para dormir,
comiendo a la hora debida –y bien-,
me ha ayudado mucho a volver a respirar pausado,
a olvidar los diarios dolores de cabeza,
a hacer las cosas sin apresurarme,
a no preocuparme por lo que no puedo resolver…

Y puedo notar que las cosas cambian,
que ya no estoy tan tenso,
que –aunque no siempre- ya estoy mas relajado,
y con ganas de hacer cosas…

Hace un par de días, me dio por hacer manualidades,
y de la nada hice un banquito para mi esposa,
para que pueda sentarse a cuidar y atender a sus plantas
-suyas desde que yo dejé de atenderlas y preocuparme de ellas-,
cosa que alguna vez me había pedido,
y para la que yo no lograba reunir ánimo y disposición suficiente.

Le alegró verlo realizado,
pero en el fondo, más me alegró a mí el haber sido capaz de hacerlo,
de agregarle detalles,
(como un espacio para las herramientas)
y de crearlo,
no como una cosa hecha a la ligera,
“para cumplir con la esposa”,
sino como un regalo hecho con cariño, con interés, con amor si se quiere,
para esta mujer que tan bien cumple con soportarme,
con aceptar mi mal genio y mi ceño permanentemente fruncido,
mis repuestas hoscas,
y –muchas veces- mi deseo de estar solo con mis preocupaciones.

03 noviembre 2009

Y no es cuento…


Hace unos días, recibí otro golpe –y fuerte- a mi orgullo (tan maltratado últimamente) y a mis pretendidas dotes de escritor…

Participé en un concurso de cuentos, organizado por mi empresa, -no puedo evitar participar en concursos, competencias y similares- hace ya 4 meses.
Cuando habían transcurrido 3 de ellos sin noticias de resultados, hice un reclamo al respecto, convencido de que debería estar yo entre las menciones honrosas…
Me respondieron que tuviera calma, que ya estaba “casi listo”, y que me avisarían…

A la semana, nuevo correo, en que me piden que asista a una ceremonia, donde se entregarán los resultados y se premiará a los participantes…
El correo iba dirigido a sólo 6 personas, razón por la que me sentí seguro de que lo que yo esperaba se cumplía cabalmente…

Pasé la semana que restaba para la ceremonia –y cóctel- con una sonrisa en la cara y rebosante de orgullo…

Llegado el día de marras, estuve allí a la hora establecida, sorprendiendo a quienes organizaban el evento, ya que –lógicamente- estaban a última hora preparando todo -chilenos al fin y al cabo- seguros de que nadie podría jamás llegar a la hora de citación…
No sabían que soy uno de los escasos –y casi extintos- nacidos en este país que es capaz –y está dispuesto-
a llegar a la hora a sus compromisos, eventos, comidas, etc…)

Comenzamos 40 minutos tarde -cosa que no dejó de sorprenderme, ya que habitualmente los retrasos son de una hora al menos-, con unas breves palabras introductorias, en las que se nombraron los jueces (directivos de la empresa), y se dieron mayores detalles de los resultados.

Y ahí –recién- tomé conciencia de que, si mi empresa está presente en 4 países de sudamérica, el concurso era para todos sus empleados, y que, si mi país mide miles de kilómetros de largo, era ilógico suponer que se reuniera a todos los ganadores en una ciudad de provincia…

Cuando se dijo que el primer lugar se entregaría en la capital, que el tercero en otro país y que las menciones honrosas se habían otorgado en Argentina, tuve un mal presentimiento…
(aunque, obviamente, de presentimiento no tenía nada, porque ya lo había escuchado todo…)

Casualmente, el segundo lugar lo ganó un compañero de trabajo, de mi misma sucursal, de quien jamás  habría sospechado que pudiera/supiera/tuviera interés en escribir un cuento…

Sabiendo ya que mi cuento pasó sin pena ni gloria, me dispuse a escuchar la lectura del cuento en cuestión, con la sorpresa (compartida por los asistentes) de que el autor se resistía a leerlo…
(“si hubiera sabido que iba a tener que leerlo…”)

Finalmente, lo leyó, y mejor no lo hubiera hecho, porque si ya me sentía mal por no haber merecido mi obra ni una mención honrosa, enterarme que tal otra había obtenido el segundo lugar me dejó enfermo…, tanto como recibir –como estímulo por nuestra participación “siga concursando”) un libro de una autora que no me gusta…

No me quedó otra que desquitarme en lo único que me quedaba: comerme todo lo que pudiera en el cóctel,
labor en la que tuve la dura de competencia de mis camaradas de letras... (¿todos los escritores son tan buenos para comer? ¿o será un rasgo heredado de aquellos tiempos idos, en que los escritores se morían de hambre, sino de tuberculosis, antes de ser reconocidos por sus obras?)

Bueno, sólo puedo decir que el sabor de la carne asada y de las innúmeras empanadas que me comí para “pasar la pena” cumplieron su cometido, pero el efecto –lamentablemente- no fue de muy largo plazo…

Todavía – a 15 días de los hechos- no se me quita el regusto amargo de la derrota, pero como todo vicioso que se respete, me he comprometido a no volver a participar, nunca más, en un concurso de cuentos…

(hasta que llamen para el próximo…)


.

Stress


Dicen que el stress laboral mata.
Estoy de acuerdo.
Mata.

Mata las ganas de trabajar.
Mata las ganas de hacer las cosas habituales.
Mata las ganas de hacer las cosas que más te gustan.
Mata las ganas de hacer nada.

Después de un tiempo, ya no se quiere hacer nada, salvo esperar que los días pasen pronto, y la jornada de trabajo se acabe de una vez, para poder volver a casa… son siete días larguísimos, eternos, y sin embargo tan cargados de trabajo, que parece que éste no se acabara nunca, y los papeles se apilan, los temas pendientes se amontonan, la bandeja de entrada del Outlook se satura de correos sin leer (“su correo se ha cerrado, porque la bandeja de entrada excede el límite permitido”), y todo se hace cada vez más odioso…

Sin embargo, el que pasen esos siete días, y pueda volver a casa, no soluciona nada…
En casa,
sigue la falta de ganas de hacer las cosas habituales.
Sigue la falta de ganas de hacer las cosas que más te gustan.
Sigue la falta de ganas de hacer nada.

Y eso empeora todo,
pues añade mas leña al fuego,
las relaciones se hacen más difíciles,
no se puede ser como se espera, como se está acostumbrado que uno sea,
y sólo quisiera dormir, dormir, dormir,
o enajenarse un rato, una hora, dos y tres jugando juegos en el PC,
para poder hacer algo sobre lo que tengas control,
algo que puedas manejar y resolver y llevar a cabo,
sin sorpresas, sin sobresaltos, sin temores, sin presiones de ninguna especie…

27 agosto 2009

Just a man, after all...


A veces, tiene uno la peregrina idea
de que es un poco mejor que los demás.
A veces, se pregunta uno cómo pueden
algunas personas creer en historias
tales como el cuento del tío, y dejarse estafar...

A veces piensa uno que es superior
a aquellos que mandan SMS
pidiendo tonterías para su celular...

A veces, recibimos una lección,
que nos muestra cuán arrogantes podemos ser
al pensar de esa manera...

Ayer, mamá (una anciana de 84 que vive conmigo)
recibió una llamada de un supuesto policía
que le decía que un nieto suyo estaba detenido,
y necesitaba de su ayuda.
Asustada, ya que por su avanzada sordera poco entendió
lo que le decían, me pasó el teléfono a mí,
y no daré más detalles-por vergüenza-,
pero ya estaba yo saliendo de la casa
a hacer una recarga a un celular ajeno,
cuando mi esposa me detuvo.

Quise molestarme por su interrupción
en algo que para mí era un problema familiar,
-eso quería yo creer-
pero igual me detuvo,
y -más despierta que yo-
me hizo pensar en lo que estaba haciendo,
y en lo poco probable que era
que lo que me decían fuera cierto.
Luego, como una lápida,
me hizo ver que era una de las ya famosas
estafas telefónicas,
y que yo había caído como un tonto más...

Sólo puedo decir 2 cosas:

1.- Que no soy tan despierto como -en mi arrogancia- me creía

2.- Que fuí lo bastante despierto -hace unos cuantos años atrás-
como para saber elegir bien a la mujer con quien me casé...

(aunque siempre me cabe la duda -tan tonto no soy- de que fuese ella quien me eligió a mí...)

08 agosto 2009

Mañana es su cumpleaños...


Mañana es su cumpleaños.
Y estará sola.
Mañana es su cumpleaños y yo estaré lejos.

Nuevamente los azares de la vida han cambiado -removido-
nuestra manera de vivir.

Luego de año y medio requerido para, por fin,
acostumbrarnos al turno de trabajo de 4 x 3
(3 días en casa y 4 lejos de ella)
me han cambiado a otro aún peor:
7 días lejos, de largas jornadas de 12 horas,
y luego 7 de descanso, en casa...

Y claro, como nunca basta con una piedra en el zapato,
además el primer turno tenía que ser justamente ahora,
para su cumpleaños...

Mañana es su cumpleaños, y yo estoy lejos...

Sonrío al pensar en cuánto me conoce,
si hasta adivinó que pensaba escaparme del trabajo pór ese día,
sólo para poder estar con ella...
y me prohibió hacerlo.
Me apena,
ya que era mi único regalo,
el poder darle una alegría
en un día que debiera ser especial,
entre tantos tristes y amargos como tenemos ultimamente...

21 junio 2009

De relojes...


[Antecedentes que es necesario conocer, para entender este post:

Mi esposa siempre se queja a Dios, de que no la haya hecho alta y/o rubia y/o cintura de avispa y/o con ojos verdes.]


Esta tarde salimos de compras, con mi media naranja, y en eso andábamos cuando pasó a nuestro lado una negra (que últimamente nos han invadido, por cierto), delgada y con una figura envidiable.

"Mira" me dijo, "un reloj de arena..." aludiendo a su cintura,
"en cambio yo... reloj de sol..."

No pude evitar reírme de su ocurrencia...

06 junio 2009

#$%&*#&$%#$% (léase como insultos varios y groserías surtidas)

No sé qué,
ni sé cómo,
tampoco el cuándo,
pues llevaba tiempo sin pasar por mi propio blog,
pero lo cierto es que,
misteriosamente,
todo cambió...

Desapareció mi hermoso fondo negro,
y la configuración,
y los colores que tanto me costó editar..

Todo desapareció, y no entiendo cómo...

Tal vez un paralelo con la vida,
en la que todo muta,
todo cambia,
sin que apenas nos demos cuenta
y sin que nadie nos pregunte si nos vá...

Algo he podido hacer para recuperarla, pero ya no es lo mismo,
ni tengo el entusiasmo
para comenzar de nuevo con todo...
Que se quede como está...

17 abril 2009

Envidio a mi vecina...




Nunca lo imaginé,

ni habría creído que sucedería...

Pero hace unos días atrás,

me dí cuenta de ello...

Todo empezó una noche algo calurosa

en que me agobiaban las preocupaciones,

el strees laboral (recién llegaba del trabajo)

aún no me soltaba.

Así, sali a mi jardín,

a oscuras y en silencio, buscando algo de paz...

y me encontré con una sorpresa, que me alegró el día,

y refrescó mi alma:

en la oscuridad de la noche, y en mi jardín, cantaba un grillo

su alegre canción...

Fué una gran sorpresa para mí,

que hizo venir a mi mente

una oleada de recuerdos,

de largas noches de verano,

noches de campo, de luna, de grillos,

de juegos...

Toda tristeza quedó atrás,

el stress en el olvido...

Me sentí reconfortado, alegre,

tranquilo, feliz...

A la noche siguiente,

salí a por un nuevo concierto, pero ya no se oía...

mi grillo no estaba, aunque a lo lejos,

como en sordina, mas que oírse se adivinaba su canto...

Tras la muralla,

cantaba en el jardín vecino...

Por mi esposa, al día siguiente,

me enteré que el grillo vivía allí,

en el patio de mi vecina,

y que la noche en que lo escuché

sólo había venido de visita...

Y yo, que no deseo la casa,

ni el auto, ni los bienes

de otras personas,

descubrí que envidio profundamente a mi vecina,

por su jardín con música de grillo...

03 abril 2009

Pero a veces no tanto...

La vida es triste...
Y se pasa muy rápido, las pocas veces que no lo es...


Dejé de escribir.
Tal vez porque las cosas ya no están tan mal.
Tal vez porque no sería justo
seguir hablando con tristeza de mí,
de una vida que, para nosotros,
no es ya tan triste,
habiendo tanta gente para la que sí lo es...