28 marzo 2011

Lunes...

05:45 hrs.
Mi profundo y muy agradable sueño fué interrumpido, a medias, por un vehículo que se estacionó fuera de la casa.
Pensé, entre algodonosas y somnolientas nubes: han de venir a buscar al vecino.
Abracé la almohada, y seguí durmiendo.
O lo intenté, porque pasados unos minutos, el vehículo comenzó a acelerar el motor, haciendo ruido.
Pensé, molesto: maldito vecino, siempre tarda en salir.
Nuevo intento de recuperar mi sueño.
Pasado un par de minutos, sonó un bocinazo. Luego otro.
Pensé, ya malhumorado: ¿Pero, otra vez se ha quedado dormido el vecino? Qué irresponsable este hombre, habráse visto...
Me arrebujé con rabia en la frazada, e intenté de nuevo dormirme.
Ya cerraba los ojos, cuando escuché, así a lo lejos, que golpeaban una puerta.
Pensé, soñolientamente indignado: Maldita sea, pero ¿cómo es posible que ese hombre no despierte con nada? ¿y su mujer, cómo es que ella tampoco despierta, caramba?
Mi mujer, pensé entre sueños, sí que vale, que las tres o cuatro veces que -en la vida- me he quedado dormido, ella me ha despertado siempre a tiempo, y he salido a la hora...
Cesaron los golpes.
Ya llegaba nuevamente el sueño, cuando suena un teléfono...
¡nuestro teléfono!
Mi negrita contestó: mhhh? si?
Operadora: Con don :( ?
MN: sihh... que quiere?
Op: Por favor, dígale que el radiotaxi lo está esperando en la puerta hace diez minutos...

Antes de que ella alcanzara a decirme: te quedaste dormido!, ya estaba yo levantándome a cien por hora. En treinta segundos estaba vestido, que ni un bombero habría sido más rápido, aunque sin atarme las botas y con la camisa afuera, que eso tuve que hacerlo en el auto.
Años de trabajar fuera, ya tenía todo listo desde la noche anterior, de modo que tomé el bolso, el notebook, un beso fugaz y salí corriendo...
El taxi llegó a la terminal con el tiempo justo para que mi compañero y yo tomáramos el bus, yo todavía atándome los cordones...

Lo cierto es que el maldito celular no sonó, y no me explico cómo ni yo ni mi mujer nos dimos por enterados de que todos esos ruidos no se debían al vecino, sino a que hoy era lunes, y yo debía subir a trabajar...

25 marzo 2011

¿Qué guisante?


"La reina quería averiguar si la joven era una princesa de verdad.
"Ya sé lo que haré - pensó -. Colocaré un guisante debajo de los muchos edredones y colchones que hay en la cama para ver si lo nota. Si no se da cuenta no será una verdadera princesa...


...A la mañana siguiente, la reina preguntó:
-¿Qué tal has dormido, joven princesa?
- ¡Oh! Terriblemente mal - contestó -. No he dormido en toda la noche. No comprendo qué tenía la cama; Dios sabe lo que sería. Tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!..."


[De: La Princesa y el guisante, Christian Andersen]


Me queda claro: Si hubiese nacido mujer, no habría sido princesa nunca. Jamás. Sin duda alguna.

Sólo al despertarme el celular, en la mañana, he sentido una ligera incomodidad en el costado.

Sólo al levantarme, me he dado cuenta que dormí sobre el control remoto del tv.

Sólo al bañarme, me dí cuenta que tenía marcados los botones del control en la piel.

No. Definitivamente, no habría sido una princesa...

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13 marzo 2011

100% romántica...



En mi trabajo, las mujeres son muy pocas, el 5% del personal.
Eso hace que sean "cotizadas" por el 95% restante, aunque no tengan grandes atributos, necesariamente.

Hace unos meses, llegó una chica nueva, jovencita, y anatómicamente mejor diseñada que el resto.
No es simpática precisamente, pero al 95% restante eso no le importó mucho.
Sobre todo, no le importó a uno.
Un jovencito que, secretamente, le escribió un cuaderno lleno de poemas, escritos a mano, elogiando su belleza.
Cuaderno que una noche, tras introducirse en las oficinas, le dejó en su escritorio, junto a una rosa.
(nótese que no hay rosas en 150 kms. a la redonda).

Para qué decir el revuelo que se armó en esa oficina, al encontrarse tan romántico regalo, al día siguiente.
La destinataria, en cambio, sólo guardó silencio.

Otra de las chicas, que recibe a diario informes escritos a mano por el personal, se dedicó (curiosidad femenina)   a revisar uno por uno los informes, buscando identificar al poeta. Y lo logró. Obvio, corrió a contárselo a la muchacha -y a la mitad del personal, de paso- la que, sonriendo, tomó nota de la información que le entregaban.

Lo siguiente que hizo fue dirigirse a la oficina del Gerente, y presentar una denuncia por acoso, contra el ya no anónimo poeta...
Éste fue llamado a no volver a expresar nunca más sus sentimientos de esa manera, ni de ninguna otra, y así acabó la única historia romántica en los 10 años que tiene nuestra empresa en ese lugar.

Son muchos (y entre ellos las demás mujeres) los que aún no consiguen entender desde cuándo gestos románticos como ése pasaron a ser "acoso"...

[Hay que agradecer que esta chica no vivió en otros tiempos, que si no, no se libra ese poeta de ser descuartizado por cuatro caballos, cuando menos...]

(programado)
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11 marzo 2011

Los establos de Augías...

Volví al trabajo.
Y me sentí como debió haberse sentido Hércules
ante los establos del Rey Augías...




...con la sola (y nada despreciable) diferencia
de que a mí no me permiten desviar dos ríos
para que se lleven tanta porquería...



Para quien tenga menos de cuarenta y no sepa de qué va esto: 
Los establos de Augías .


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