27 diciembre 2014

Debilidad...

Me gustan la soledad
y la quietud,
tanto como el silencio...

Pero, aunque no me molestaría vivir con ellas,
no creo que pudiera,
me parece muy difícil,
vivir en él.

Necesito,
necesitaré siempre
alguien con quien hablar.

Debilidades que tiene uno...

..

25 diciembre 2014

Santa existe...


Hay quienes no creen en Santa Claus.
Yo siempre digo que sí existe.
El gordito de rojo es un símbolo, por tanto existe.
Es un símbolo que representa a millones de personas, hombres y mujeres, que se esfuerzan por darles una navidad feliz a sus niños.
Santa no anda en un trineo tirado por renos voladores, como lo pintan.
Los millones de Santas que van y vienen en la nochebuena se mueven en lo que pueden, incluso a pie.
En esta ciudad, por ejemplo, andaba un Santa a las 02:00 de la noche, llevando bicicletas en un pequeño Spark...

(Para que luego le digan a uno que no tiene espíritu navideño...)

Deseo de todo corazón, para las dos personas que suelen leer este semiabandonado blog, que tengan no sólo una Feliz Navidad, sino toda una vida llena de momentos felices.
 
Merecen eso y mucho más.

21 diciembre 2014

Haz algo...




 - Levántate, hombre. ¿Hasta cuándo duermes?
   Haz algo por tu vida...

-  Mhhhh...
   Lo estoy haciendo.
   Estoy haciendo lo único que puedo hacer por ella:
   tratar de olvidarla...

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11 diciembre 2014

Ilusas...


Ay, esas niñitas ilusas, inocentes,
que creen que cubriéndose con las
sábanas, desaparecerán los monstruos
que crearon en su imaginación.

Ay, esas niñitas ilusas, inocentes,
que creen que escondiendo los pedazos,
nadie sabrá nunca que rompieron el
florero favorito de la mamá.

Ay, esas niñitas ilusas, inocentes,
que creen que cerrando tras de ellas
la puerta de casa, nadie sabrá lo que
ocurrió esa noche.

Ay, esas niñitas ilusas, inocentes,
que creen que eliminando el perfil de
facebook, desaparecerá todo lo que
desde allí hicieron.

Ilusas, inocentes...

Todo lo que se hace tiene consecuencias.

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08 diciembre 2014

No entiendo...

Hoy a mi Negrita la operaron de cataratas en el ojo derecho.
Dizque debido a la diabetes.
Salió (creemos) bien.
Llegamos a casa y se quedó encerrada en la habitación, porque la luz le molestaba muchísimo.
Yo me preocupé de hacer todo lo que se debía hacer en casa, que si no saldría tuerta a hacerlo ella.

El tratamiento que le dieron son gotas de antibiótico/corticoides cada una hora.
En el hospital (bendito hospital) le dieron las gotas que debía aplicarse, pero era una muestra médica solamente, por lo que le advirtieron que no sería suficiente, y que debía comprarlas.

Cinco horas más tarde, salía a la farmacia, y le pedí la receta.
- No me dieron receta, dijo que sólo con el Carnet de Alta Médica.
Tomé entonces de su bolso el famoso documento, y me encontré con dos cosas:
- Que describía el tratamiento, pero en ninguna parte indicaba qué gotas debían aplicarse, o comprarse.
- Que le habían dado un Carnet equivocado, de otra persona...

Claro, como las personas -casi todas mayores-que se operaron hoy requerían ser acompañadas al salir, pues poco o nada veían, era al acompañante a quien le daban las instrucciones y los papeles.
Incluso a algunos se les hacía entrar a la sala a buscarlos, pues no daban un paso solos.
Rossana en cambio se veía bastante bien, y aparte de no poder leer los papeles que le entregaron, no tenia problemas para desplazarse, de manera que le dieron indicaciones y documentos a ella, y yo sólo la recibí afuera. ¿Para qué revisar los documentos? siguieron guardados, para enterarnos sólo horas después que no eran los de ella, cuando no había caso ya de hacer nada.

Eso fue sólo el principio.
El medicamento requería receta para comprarse. No la había.
El Carnet de Alta no indicaba el medicamento, por tanto no servía.
Salí a buscarlo por todas partes, sólo con la caja vacía y el carnet errado, pero el medicamento estaba agotado en todas las farmacias de la ciudad, salvo una unidad que quedaba, en una farmacia que no abre hasta mañana...

Yo quería quedarme mañana y no ir a trabajar.
Ella me dijo que no me necesitaba, que no era ninguna tonta y podía arreglar todo sola.
Tal vez, le dije yo, pero ¿y el medicamento cada una hora? Mañana sería cada tres, pero esta noche debía ser cada una hora...

De modo que salí de nuevo, con los papeles a nombre de otra paciente, sin receta, a buscarlo como fuera.
Sólo lo encontré bajo otra marca, de otro laboratorio, obvio, más caro.
Podía pagarlo, pero nadie me lo quería vender sin receta, porque eran corticoides y antibióticos.
Inflexibles, sin importar que necesitara esa medicina, por estar operada.

Finalmente, traté -usando el poco de encanto que me queda-, de convencer a una joven que me lo vendiera.
No era suficiente, parece, pues no cejaba, pero finalmente después de mucho rogarla, conseguí convencerla y volví con las gotas a casa.

Lo que más me molesta, sin embargo, no es lo que nos pasó a nosotros, sino que hoy operaron a 20 personas, algunas bastante humildes. ¿Habrán ellos podido conseguir el medicamento que ese médico recetó a todos, sin receta, y que no había en stock en la ciudad?.
Yo pude pagar uno más caro, casi el doble, pero ¿y ellos?.

Realmente no entiendo el por qué tantos de aquellos que trabajan en el hospital, hacen tan mal su trabajo. Empezando por el médico, supuestamente un señor profesional y educado, y de ahí hacia abajo, hasta la persona que tiene que hacer una tarea tan simple como entregar un documento correctamente.



No entiendo...  pero aprendí hace tiempo que eso no tiene arreglo.

:/

04 diciembre 2014

Brochas y rodillos


Hoy, al llegar a casa, encontré dos novedades:
Una, que la casa brillaba, recién pintada.
La otra, que mi Negrita estaba en un ¡ay!, porque todo le dolía.


¿Explicación para haber pintado la casa?
Pues que quería entretenerse...
Ahora está toda adolorida, pidiendo cariño y masajes,
pero en ningún caso arrepentida de haberla pintado.
Eso, nunca.

Pero bueno, ustedes se enteraron como es, al respecto,
hace ya un año atrás, cuando escribí sobre lo mismo.
(http://sadreallysadlife.blogspot.com/2013/11/genio-y-figura.html).

Ya le he dicho que, cuando sea el momento, pondré
a su lado unas brochas, un rodillo y una pequeña escalera,
para que se los lleve allá donde vaya.
Por si quiere entretenerse...

:)
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02 diciembre 2014

Extraña, diferente, imposible, historia de amor.


Hace años atrás, muchos, muchos años,
escribí una historia de amor,
extraña, diferente, imposible,
entre una serpiente y una flor.



Ambos eran tan ajenos, tan diferentes,
como sólo pueden serlo dos seres de mundos distintos,
pero sin embargo se sentían bien estando juntos.

La serpiente no podía darle nada sino su presencia,
la flor le daba su belleza, y el aroma de su fragancia.

La serpiente se acercaba a ella cada vez que podía,
para estar a su lado;
la flor no podía sino esperar a que lo hiciera.

No se parecían, no eran compatibles en modo alguno,
no había ninguna razón para que se buscaran,
pero lo hacían.

Saberse cerca el uno del otro era todo lo que tenían.
Y eso les bastaba.

Era un amor imposible,
a todas luces resultaba evidente, pero,
¿acaso les importaba?
No, para nada.
No pensaban en eso,
sólo en lo maravilloso que era estar juntos.


Hace muchos años escribí esta historia,
más de los que puedo contar. 
Era más larga, más descriptiva,
más completa.
Pero nunca le escribí un final.
La serpiente y la flor se quedaron así, 
siempre separados, pero siempre juntos.
Amándose sin deberse amar.


Hoy la recordé, esta historia, 
sabrá el hado, o el cielo, 
el porqué hoy, justamente hoy.

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