27 abril 2015

Cebollas

No me molesta llorar
no me molesta,
cuando corto cebollas
no me molesta llorar.

No me molesta
llorar
cuando corto cebollas
no me molesta
porque
cuando corto cebollas,
se llenan
mis ojos de lágrimas
y nadie me pregunta, nadie,
el por qué
mis ojos lloran,
el por qué salen a raudales
de mis ojos
lágrimas.

Nadie pregunta, el por qué.

No me molesta llorar
cuando
-cada vez- que corto cebollas.

No me molesta llorar,
cuando corto cebollas,
porque
cuando corto cebollas,
es la única vez que mis ojos
recuerdan
cómo es eso de llorar.
Mis ojos están secos
desde hace tiempo,
por mucho que mi alma esté quebrada,
y mi corazón roto,
no hay en ellos lágrimas.
Aunque a mi garganta -alguna vez-
acuda un sollozo,
mis ojos están secos.
Sólo recuerdan las lágrimas cuando corto cebollas,
por eso,
por eso, no me molesta llorar
cuando corto cebollas,
no me molesta
llorar.

04 abril 2015

Ser mamá...


Siempre he pensado que ser mamá es lo más malo que le puede pasar a una mujer, pues con ello cargan con una preocupación que no cesará en toda su vida.

Sin embargo, siempre he pensado, también, que ser mamá es lo mejor que le puede pasar a una mujer, pues eso les otorga una felicidad que difícilmente conseguirán en otra parte.


Hoy vi pasar a una mamá con su pequeña hija, de unos 5 años, de la mano por mi calle.
La mamá caminaba cabizbaja, con un brazo en cabestrillo, y su rostro era acorde a lo que uno siente en esos casos. (no lo sabré yo...)

La niñita, así de pronto, y sin dejar de caminar, le dice:

- Mamá, tuve un sueño.

La mamá la miró a medias, con la mente en quizá que problemas.
La niña continuó entonces:

- Soñé que te yo te quitaba todas tus pesadillas, y que tu podías dormir bien.

Y la miró sonriente, con una cara radiante como un sol.

Juraría que esa mamá se enderezó y caminó con más energías, desde ese momento...


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