13 diciembre 2011

Una semana de ... (agréguese algún epíteto a gusto)

Esta fue una semana de... 
Trabajé como un perro. 
Alguien dirá que los perros no se la llevan tan mal en esta vida, pero yo pensaba más bien en un Malamute de los ínuit, esos pobres animales que nunca descansan y tiran del trineo hasta que ya son demasiado viejos para hacerlo y se los dan de comida a sus ex-compañeros de tiro. Y peor aún, trabajé como el perro que va a la cabeza del tiro, y no sólo tiene que tirar, sino lograr que los demás también lo hagan, y para el mismo lado. Así me sentía ayer, al terminar la semana, como si ya no pudiese con el maldito trineo y con los demás perros y con el maldito guía...



Además, mi empresa por fin, después de muchos muchos intentos, consiguió bloquear definitivamente el acceso a cuanta página quiera uno usar, de modo que no sólo no puedo ya leer algún blog después de terminar las 12 horas de trabajo, sino que ni siquiera puedo pagar mis cuentas. Escasamente se puede leer el correo, y aún eso con restricciones.

La culpa la tienen los feisbukeros, ésos que están todo el día conectados cambiando estados, y también los que tienen el vicio de las descargas de programas, películas y un "cuantuay" en la red...  cualquiera entiende que nos bloqueen el internet, a ver si así se consigue que trabajen algo...

En fin, una semana de...    pero -como todo- llegó a su fin.




[Lo que había escrito y no pude publicar, lo publicaré enseguida. Lo que no pude leer, tendré que ponerme al día de a poco]

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2 comentarios:

  1. Bueno, al menos ya acabó. Jo, me han entrado ganas de adoptar un Malamute abuelito, pobrecitos.

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  2. Pues qué injusto que en tu tiempo libro no puedas usar internet!! Ánimo con ese trabajo!!

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Sólo dilo, no te cortes...