08 abril 2012

Pascua, chocolates e hijos...



Hace muchos años atrás, en un día como éste, temprano en la mañana, comenzamos a esconder pequeños huevos de chocolate, envueltos en brillante papel, a no más de 30 cms. del suelo, para que un chicuelo que apenas caminaba afirmándose en los muebles, los encontrara.

Con el paso de los años, tuvo que buscarlos a más altura, pero siempre en donde pudiera encontrarlos fácilmente. Poco a poco, los escondites se fueron haciendo menos evidentes, más ocultos,  y necesitaba de más ingenio y persistencia por su parte. Le decíamos cuántos eran, y no paraba hasta encontrarlos todos. Sólo una vez se aburrió, pues le pusimos demasiados, y no le importó perder alguno. 
Bueno, no le importó hasta que un par de días después se los había comido todos, y entonces no cejó hasta encontrar los que le restaban.

Quince años después, ya no parecían importar los huevitos, sino la competencia de ingenio entre quien los escondía y quien debía encontrarlos.

Tantos años escondiendo huevitos de chocolate.

Tantos años de tradición, que no entiendo el por qué nos sorprendió que hoy nuestro hijo, de 21 años ya, nos haya preguntado con absoluto desparpajo: 

- Eh, ¿y mis huevitos de chocolate?

...


[Vaya, que tontería, me emocioné al releer esto... ¿Me estaré poniendo viejo?]


.

3 comentarios:

  1. ¡¡¡Estoy de acuerdo con tu hijo!!! Con 22 años, perder el derecho a huevos de chcolate... fatal XD.

    ResponderEliminar
  2. Ups, quise decir con 21. Eso de la vuelta al cole se me está dando fatal.

    ResponderEliminar
  3. Ains, pero qué bonito! Aquí no tenemos esta costumbre. Sí que la tienen los irlandeses y me quedé impresionada cuando vi a la familia del marido de mi prima ponerla en práctica... Tiene más de 20 sobrinos. Y allí estaban todos, como locos buscando los huevos por la finca de la casa de la abuela. Yo no daba crédito, claro, porque era la primera vez en mi vida que veía algo así.

    ResponderEliminar

Sólo dilo, no te cortes...