La vida tiene muchas vueltas (dicen)
y lo que un dia estaba arriba
al siguiente estará abajo,
lo que ayer fue blanco hoy será negro,
y lo que parecía el destino
no es más que una ilusión...
Mi negrita está bien,
tan bien como estaba aquel día
-hace 18 meses-
en que nos dijeron
que moriría.
Ha desmejorado su ánimo, un tanto,
y se me deprime a ratos,
más no por ella, no por su situación,
sino por los problemas de los demás,
que no puede resolver.
Lo que necesita -lo que necesitamos-
es tranquilidad,
no escuchar de problemas ajenos,
olvidarnos que existen madres,
hermanas,
sobrinos, cuñados o cuñadas.
Necesitamos ser sólo nosotros,
pero para ella eso es imposible.
De modo que aunque está bien,
y puede desenvolverse sola,
la depresión suele acecharla
detrás
de cualquier cosa cotidiana,
y se ha vuelto -ha tornado a ser-
dependiente de mí.
Y yo,
bueno, a veces quisiera tener a alguien
en quien apoyarme,
quisiera ser dependiente de alguien.
He dado pasos equivocados en ese sentido,
y lo he pagado con tristeza y amargura.
Como si no tuviese suficiente de eso.
Con todo, lo que más me duele
es no poder ya ser -para ella-
todo lo que necesita.
No tengo ya la paciencia que antes tenía,
no le muestro el cariño de otrora,
y no porque no lo sienta,
o porque no la quiera,
sino porque todo me sobrepasa
y ya no me alcanzan las fuerzas.
Nunca dejaré de ser su principe azul,
nunca,
aunque -ciertamente-
ese azul sea ahora
mucho más oscuro...
.
Ese cansancio infinito.....
ResponderEliminarÄnimo