17 diciembre 2007

Camino...


No es, ciertamente, un camino de ladrillos amarillos,
no me conduce a donde quisiera,
pero ya he comenzado a aceptarlo,
a pensar que,
en realidad, no es tan feo,
como el primer día,
y no tan diferente
a tantos otros caminos,
recorridos en otras tantas
empresas mineras.
Hace tiempo que no vivía en un campamento,
(desde que mi hijo tenía 5 años),
y ya había perdido la costumbre.
Pero tengo tanto trabajo,
tanto que hacer en mi nuevo puesto,
que no me queda tiempo
para sentimientos.
No me queda tiempo para estar triste,
para estar dolido,
ni siquiera me queda tiempo
para sufrir por mi negrita,
por ella,
que ahora, en el peor momento,
aquejada de esa maldita enfermedad,
verdadera sentencia de muerte,
he debido dejar sola...


Y ése es otro camino,
al que he de acostumbrarme...


(De camino al casino, a desayunar, a las 6:15 am. del 4º día)

2 comentarios:

  1. LA CANDOROSA dice:

    Los caminos de la vida son insospechables.
    Las cosas a las que tenemos que acostumbrarnos, buenas y malas, pueden ser muchas...
    Por el momento es la única vida que tenemos los humanos...
    Vívala con tranquilidad y con una gran dosis de positivismo, ¿si?...

    Saludos

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  2. Es difícil ser positivo, a veces...
    Sobre todo cuando se ve sufrir a quien se quiere...

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Sólo dilo, no te cortes...