05 junio 2011

Con una rubia, en la cama...


Me acosté esta tarde, a dormir la siesta.
Y dormí profundamente.
De pronto, algo me despertó:
un ruido, alguien que entró al dormitorio, no sé.

Adormilado aún, abrí los ojos, y lo primero que ví,
a mi lado, junto a mí, fue una cabellera rubia,
muy rubia,
platinada casi...

Y pensé, a medias despierto: una rubia...

¿Una rubia?!!

Y me senté en la cama, asustado
(que hace muchos años que no duermo con una rubia),
para darme cuenta, entonces,
que no era más que una de las muñecas de mi esposa, 
que suelen estar sobre las almohadas durante el día.
Seguramente me dí una vuelta en la cama mientras dormía, 
y terminé durmiendo casi abrazado con ella.


Ahora no sé si estar aliviado de que era sólo la muñeca,
o triste por la misma razón...  ¬¬

.

3 comentarios:

  1. jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa me has hecho reír... tanto... madre mía... uffffffffff a penas me recupere... tu mujer aún colecciona muñecas? jaaa yo no tengo una desde hace muuuuuuuuuuucho... y no sé que decirte... al final como que querías una muñeca rubia de verdad... jaaa
    besos y abrazos, nos estamos leyendo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Jajaja! ¡Qué bueno! Ya te había imaginado explicándole a la rubia que sintiéndolo mucho estás casado y esas cosas XD.

    ResponderEliminar
  3. Anda, a lo mejor tu mujer te estaba poniendo a prueba...

    ResponderEliminar

Sólo dilo, no te cortes...