18 agosto 2011

Un fantasma en nuestro patio...

El patio 14 del campamento está silencioso, a esa hora. Los que tienen turno de día ya han partido hacia sus labores, y los que han trabajado toda la noche aún no regresan a sus habitaciones.


La camarera que atiende ese patio, se mueve presurosa, como cada día, para hacer las camas y limpiar antes de que lleguen los nocheros, para que puedan acostarse y no ser molestados en su descanso.
Lo primero que ella hace, cada día, es abrir todas las puertas, para tener fácil y rápido acceso, y poder trabajar más libremente.
Abre una puerta más, de las tantas que tiene bajo su responsabilidad, y ya se está yendo en busca de la siguiente, cuando advierte algo que no está bien. Se devuelve y mira hacia la habitación, y ve que hay alguien aún acostado. Esto no debiera ocurrir, pero se dá en ocasiones. Algún trabajador que se queda dormido, o tal vez alguien que se siente enfermo e incapaz de levantarse.
Hace entonces lo que debe en estos casos: le habla desde la puerta, para que se despierte. No hay respuesta, sin embargo. Pensando en que tal vez estará enfermo, entra despaciosamente en la habitación, y vueve a hablarle, esta vez más fuerte. El silencio sigue siendo la única respuesta. Demasiado silencio, tal vez.
Un paso más y está ya al lado de la cama. Extiende su mano con la idea de remecerlo un poco, pero se arrepiente en el último momento. Y es que algo no le cuadra, algo le parece fuera de lugar. Y entonces repara en qué es eso extraño: que no parece estar respirando...
Con el corazón oprimido, se acerca y mira su rostro... y ahogando un grito, sale corriendo de la habitación... y corre, corre hasta donde su compañera, y con voz quebrada le cuenta del macabro hallazgo...

Se dió la voz de alarma, y el patio se llenó de gente, de voces, murmullos, llamadas telefónicas...
Ha venido el médico -que reside acá mismo- pero se debe esperar ahora a la policía, y al juez, para el levantamiento del cuerpo.

Nadie sabe cómo ocurrió, todo mundo especula y da versiones.
La noticia ha volado y 15 minutos desúés ya no hay quién no esté enterado. Se habla acerca de él, de quién era, se dice era un hombre joven todavía, se dice que deja mujer y dos hijos.

Entre quienes vivimos en ese patio, no faltan aquellos que ya hablan de cambiarse de habitación, de patio, y hasta de si tendremos un fantasma en el patio 14...



[Dá escalofríos pensar en que nunca se sabe si volverá uno a casa...]

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3 comentarios:

  1. Pobre hombre, pobre familia y pobre chica... ¡menudo susto!

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  2. Si, como puede dar todo un giro tan brusco en un solo minuto.

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  3. Menuda situación... Al final la vida es mucho más simple de lo que creemos.

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Sólo dilo, no te cortes...