01 diciembre 2011

Sorpresas...



Este turno, mis compañeros tuvieron un par de sorpresas, relacionadas con el "sexo débil"...  (que -para mí- nunca lo ha sido).

Una de ellas fue que llegaron unas chicas nuevas, como trainee* de Operadoras de equipos pesados.
[Esto significa aprendices de conductor de camiones y equipos mineros, los que, por lo demás, son enormes de grandes.]

No es que sólo llegasen chicas, pero a mis compañeros -obvio- no les preocupan los varones.
Y de estas chicas habían dos más bonitas que lo habitual (una de ellas con unos ojazos...), que nadie se las imaginaba conduciendo un camión minero. Y ese par los tenía a todos revolucionados el primer día, cuando las vimos en el desayuno.

Lo malo para ellos fue que esa alegría no les duró mucho: para la cena ya se habían enterado que ambas chicas eran -ni más ni menos- una pareja: un escandalizado y horrorizado testigo las vio besándose...

Fue un balde de agua fría... 

La otra sorpresa se las dio una de las muchachas que trabajan con nosotros, una digitadora (la más atractiva de ellas y famosa por ser "muy poco accesible"). Ella casi no se relaciona con el personal masculino, y se comporta siempre distante, a diferencia de su compañera que trabaja en el turno contrario, que comparte siempre con los técnicos e incluso va a animarlos cuando tienen algún partido de fútbol.

Este turno, sin embargo, esta chica apareció de buzo deportivo y zapatillas por la cancha -una noche que los muchachos jugaban- y le dijo a uno que quería jugar.

- ¿Quieres jugar?
- Sí, yo juego, y necesito practicar.

Tomado tan de sorpresa, aquél admitió que faltaba uno en uno de los equipos, y habló con los demás para que la dejaran jugar.

Incredulidad, risitas, burlas, todo se olvidó abruptamente y se convirtió en legítima sorpresa -y algún respeto-  desde el primer momento en que alguien le hizo un pase "por ver que hacía con la pelota", y lo que hizo fue jugar, y bien.

Las risas volvieron, y en abundancia, cuando uno que llevaba la pelota se vio interceptado por esa chiquilla y pensó "ésta qué me va a hacer" y trató de pasar a la fuerza. La chiquilla hizo lo que cualquier jugador hombre haría: le "trancó" la pelota con fuerza y él apenas pudo evitar caerse, perdiendo la pelota y ganando las burlas de sus compañeros... 

Al final, todo quedó en que ahora es una jugadora más y participa en todos los partidos, aunque por el número de jugadores no pueda jugar durante todo el tiempo.

Y se supo el por qué de su repentino interés por jugar fútbol: entró a un equipo femenino y, queriendo  mejorar su juego, decidió entrenarse con hombres, ya que en el campamento "es lo que hay...*



[* Frase típica chilena, que resume el conformismo propio del pueblo, el que acepta "lo que hay" disponible y con eso hace lo mejor que puede.]

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4 comentarios:

  1. Me gustaría haber visto la cara de tus compañeros XD. Tengo una amiga holandesa monísima, rubita con ojazos azules, que llegó a jugar en primera división fememina en Holanda; cuando vino aquí a estudiar durante un año se apuntó a los partidillos que organizaban unos amigos, al principio no querían ni dejarle jugar "no fueran a hacerle daño", vaya cara de alucine se les quedó, al final admitieron que jugaba mejor que todos ellos XD.

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  2. Nosotros también usamos la expresión de "es lo que hay".

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  3. espero por lo menos que tus companyeros hayan cambiado un poco su opinion del "sexo debil".
    Saludos!!

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  4. Esa frase también se dice en España. Madre, qué jauría hay en tu trabajo... Si en el fondo los hombres solos sois como animalillos en celo (bueno, vale, tú no!!). Jeje.

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Sólo dilo, no te cortes...