08 noviembre 2013

La única manera.

Cuando empezó todo esto,
sentía que necesitaba alguien con quien hablar,
alguien a quien contarle lo que llevaba por dentro.

Después, peor las cosas,
sentía una inmensa soledad,
y desesperaba por no tener un hombro en que dejar mis lágrimas.

Actualmente, con un horizonte negro,
me alegro de que fuera y sea así:
de no tener con quien hablar,
de no tener con quien llorar.

Me alegro, y lo agradezco,
pues me doy cuenta
que, si aún estoy entero,
es porque todavía llevo dentro, bien encerrado,
todo lo que siento.

Me doy cuenta de que esa es la única manera de soportar lo que hay,
y lo que viene.

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1 comentario:

Sólo dilo, no te cortes...