13 noviembre 2007

Dudas sin respuesta.

Hoy hube de llevar a mi mujer al ginecólogo.
Esto es algo inusual en ella,
ya que hace años que no me deja acompañarla,
cuando de esa especialidad se trata.
La excepción se debió a que necesitaba confirmar
un feo diagnóstico que su ginecóloga –mujer- le había dado.
Y, puesto que -en este país- las doctoras
dedicadas a esta especialidad son muy escasas,
apremiada por la urgencia de ratificar el diagnóstico,
tuvo que ir a ver un ginecólogo, desconocido además.

La consulta implicaba, obligatoriamente,
un examen poco agradable,
conocido como ecografía transvaginal,
porque se realiza introduciendo el ecógrafo por ese canal.
Siendo ya de por sí desagradable
que le introduzcan un aparato frío por ahí,
mi mujer salió muy molesta,
dolorida y humillada de la consulta del médico.
Bueno, yo estaba ahí, pero no podía presenciar el examen,
así es que debí esperar fuera,
y esas impresiones las recibí
cuando ya habíamos salido de la clínica.
La pobre se quejó de lo mucho que el maldito ginecólogo
la había maltratado con el ecógrafo, pues lo movía
sin ninguna consideración, como si no fuese a una persona
a quien estuviese examinando, sino una cosa inanimada.
Me decía que su ginecóloga habitual era muy distinta para tratarla,
y que realizaba ese examen con el cuidado propio
de quien sabe lo que es tener algo rígido y frío dentro de uno.
Sin embargo, lo que más le dolió, según me dice
–y que aún no se lo puede sacar de la mente, 6 horas después-,
es la sonrisa sucia y la mirada socarrona del tipo,
mientras le decía: “vamos, cómo le va a doler tanto…”

Lo que no entiendo, y me he preguntado siempre, es:
¿por qué hay tan pocas ginecólogas?
¿no las preferirían las mujeres,
dejando de lado a los ginecólogos?
¿o es que lo que siente mi esposa al respecto
difiere de la opinión de la mayoría?
Y, por otra parte, un hombre que elige esa especialidad médica
¿no lo hace por un deseo de cuidar, ayudar,
sanar a mujeres con problemas en lugar tan delicado para ellas?
¿es posible creer que puedan ser tan bajos,
como para aprovecharse de situaciones así
para sentirse superiores a las mujeres?.

6 comentarios:

  1. coincido plenamente.
    Solia darle poca importancia. Iba a cualquier ginecologo que apareciera en la cartilla de mi obra social.. pero nunca volvia, no me daba cuenta del detalle hasta que un dia empece con una dra. me senti taan comoda, mucho mas cuidada y mejor atendida.. ahora cumplo con mi chequeo anual sin falta. jejje!!!
    Es que debe haber muy pocos hombres que, por mas estudios que tengan, logren comprender lo que se siente.
    Beso y espero que tu sra no tenga nada malo ;)

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  2. Gracias, pero sí es malo...
    Sólo espero que se pueda eliminar pronto -lo que tiene, no mi señora- porque ya me tiene nervioso con tanto "¿y si me muero?" y/o "me voy a morir"...

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  3. Conozco varias mujeres que me han comentado lo contrario.
    Me han dicho que prefieren ir a ginecólogos varones porque son más considerados.

    Depende mucho de la persona, supongo.
    A tu mujer le debe haber tocado soportar a un hijo de puta.

    Espero mejore pronto.
    Te mando un gran aguante.

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  4. Mi señora ha ido, en su vida de casada, a unos 6 ginecólogos (hombres). De ellos, sólo uno era lo que tú dices: considerado, amable, incluso cariñoso. Lamentablemente, se retiró de la profesión muy pronto, para descansar junto a su familia, según dijo.

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  5. Uy Rodrigo, te mando un abrazo enorme y de los mejores deseos para tu señora.. ojala pasa pronto y no vuelva nunca mas..
    Beso!

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  6. en mi caso, la verdad es que en mi corta vida he visitado 5 ginecologas y 1 ginecologo, pero ninguno me trato bien, es mas con el ginecologo sali llorando de las cosas horribles que me dijo y como me hizo sentir. y bueno, con las mujeres fue mas bien desidia, se la pasaron hablando por celular, enviando msjs de txt, o haciendo cualquier otra cosa menos atenderme como deberia ser. Menos mal consegui a una doctora que me trata como un ser humano, me explica todo, no me juzga, es puntual, y muy considerada. en resumen, el genero no define la humanidad en las personas

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