13 agosto 2010

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Siempre pensé
que para suicidarse hay que ser muy cobarde...
Siempre pensé
que para suicidarse dejando deudas y problemas a una familia,
hay que ser, además de muy cobarde,
un maldito miserable.

Esta tarde,
por mucho rato,
me sentí un cobarde,
y un maldito miserable...

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Sólo dilo, no te cortes...