(cosa que me pasó una vez, y nunca volverá pasar),
lo que encontré en el refrigerador,
al llegar a casa,
habría bastado para recordarlo...
Ayer estuvo de cumpleaños mi esposa.
Yo, trabajando.
Llegué tarde, demasiado incluso para ayudarla con la limpieza.
Celebrar cumpleaños, después de un tiempo,
deja de ser algo que se espera con entusiasmo...
A veces, se preferiría descansar,
pasar un día tranquilo consigo mismo,
en lugar de recibir a las personas que cariñosamente
(no lo discuto)
vienen a saludarte,
pero que a fin de cuentas,
se van horas después dejándote más trabajo del que ya tenías,
pues hay que ordenar y limpiar todo...
Siempre he pensado que si se quiere festejar a alguien,
lo indicado es invitarlo a algún lugar, fuera de su casa,
de modo que el festejo realmente lo sea,
y no sólo la antesala de más trabajo
en un día en que lo que menos se desea es trabajar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sólo dilo, no te cortes...