Al fin,
las cosas no están tan mal como pensábamos.
Es decir, mi Negrita sigue estando enferma, el tumor no ha desaparecido por artes médicas, mágicas, espirituales ni milagrosas, pero de acuerdo a los últimos exámenes que quiso hacerse el mes pasado, sabemos que no ha crecido con la rapidez que temíamos, ni se ha extendido tanto como llegamos a creer.
En resumen, que si bien algún día tendrá que suceder, por ahora no será, y aún tendré a mi Negrita conmigo por un buen tiempo.
Escribo esto, no por mí, sino para contárselo a ustedes dos, las únicas que aún se dan una vuelta por este tan abandonado blog. (Gracias por eso).
Pues me alegro un montón.
ResponderEliminarAprovechad el tiempo vosotros que sabéis.