28 febrero 2011

Flojos y sinvergüenzas

Mi ex-jefe, (véase el inefable) de inolvidable memoria, siempre -durante los diez años que trabajé con él- nos recalcó que nosotros (sus trabajadores), éramos unos flojos sinvergüenzas, que no sólo trabajábamos mal, sino que además ni siquiera trabajábamos...

Sacaba él cuentas como éstas:

- Ustedes trabajan cuatro días y descansan cuatro días, por lo tanto, sólo trabajan medio mes, y por consiguiente medio año.

- Ni siquiera trabajan medio año, porque se toman 15 días hábiles de vacaciones, lo que sumando los fines de semana y descansos previos, hace que estén fuera un mes completo. O sea, trabajan sólo 5 meses al año, unos flojos.

- Pero como son sinvergüenzas además, piden también los dos días de permiso administrativo anuales, e incluso se enferman, y piden licencia médica por una simple gripe.

Visto así, casi cualquiera le encontraría la razón. Quisiera haberlo visto trabajando 12 horas de nochero con gripe, como nosotros lo hacíamos, en todo caso. Porque lo que no consideraba él es que trabajábamos 12 horas diarias, por tanto en cuatro días trabajábamos las mismas 48 horas que quien lo hace por ocho horas 6 días a la semana. De hecho, él trabajaba sólo 45 horas, de lunes a viernes.
Tampoco "recordaba" que él no trabajaba ningún fin de semana, ni feriado. En tanto, nosotros descansábamos un fin de semana de cada 4, y si te tocaba un feriado, pues como si no lo fuera, a trabajar. Así fuese día del trabajador, año nuevo o navidad, había que estar ahí. [La labor no se detiene nunca en una minera.]
El inefable nunca consideró, tampoco, lo que significa para una persona el trabajar con esos horarios. No es normal para un ser humano trabajar cuatro días durante todo el día, con horarios rígidos para las comidas, y luego por cuatro días más, tener todo el tiempo libre y ajustarte a los horarios de comida de casa. Y vuelves al trabajo, pero esta vez en turno de noche, y debes estar doce horas despierto, para después llegar a la casa y tratar de dormir de día, con ruido, con luz, con tu familia esperando que compartas con ellos, que hagas algo más que sólo dormir. Y viene el siguiente descanso, y te pasas las primeras noches sin poder dormir, porque ya te habías acostumbrado a no hacerlo por 4 días. Y molestas a todo el mundo en casa haciendo ruido, viendo la tv, buscando algo que comer porque te dió hambre a las dos de la madrugada, porque a esa hora cenabas en el trabajo. 
En fin, que no es tan fácil. Y la vida familiar se afecta mucho, que eso es tema ya para largo.

Esto era cuando yo trabajaba en una mina a una hora de la ciudad, lo que nos permitía llegar a casa cada día.
En realidad, estábamos mucho mejor que lo que estoy ahora, que debo pasar siete días lejos. 
Y aún así, para mí las cosas se dan bien, pues la mina está en el desierto, a baja altura geográfica, 2.000 metros o cosa así, por lo que la altitud no afecta para trabajar, y el clima es favorable. Es decir, en el día -todo el año- hace un calor insoportable, y en la noche -todo el año- es frío, pero nada difícil de soportar. 
Hay minas en lugares más extremos, sobre los 4.000 metros -incluso sobre los 4.500- y cuando trabajas ahí debes lidiar con el mal de altura y con el frío, con la nieve en invierno y con las lluvias en verano. En siete días el cuerpo se acostumbra a eso, y luego vuelves a casa, generalmente a nivel del mar, con otro clima, y el cuerpo se desajusta completamente, para siete días después repetir el ciclo a la inversa, agregando el hecho de que te pasarás siete días viviendo de noche y durmiendo de día. 
Unos meses de eso y luego uno no sabe ya ni qué día de la semana es...

El mejor turno es, en todo caso, el 4x3. Trabajas tres días 12 horas, un día 9 horas, y descansas todos los fines de semana y todos los feriados. Éste el el turno que usa toda la Administración, de Gerentes hacia abajo.

Pero aún de 7x7 es bueno, porque sabes que descansarás un fin de semana por medio (el cambio de turno se hace a mitad de semana). Malo es el 10x8, por ejemplo, en que trabajas 10 días y descansas 8.  Ése es el sistema que usan generalmente quienes trabajan dándonos el servicio de alimentación y limpieza. La mayoría son mujeres, y no puede uno dejar de pensar lo que será para ellas estar tantos días lejos de los hijos.

El peor turno que he tenido alguna vez fue el de 20x10, trabajar 20 y descansar 10. Ahí me ocurrió además que mi reemplazo no llegó en una ocasión, y como por ética uno no puede dejar el trabajo botado, pues me quedé 40 días trabajando. 

¿Por qué acepta uno cosas como ésa?
Pues porque se gana bastante más que trabajando en la ciudad. Como dijo Cristina un día, si el puesto es bueno, yo voy donde haga falta.
Incluso bajo tierra, que he trabajado bajo 600 metros de pura roca, y tan tranquilo como si sólo tuviera un cielo azul encima. 
  

 Minero en una mina subterránea.


Yo no soy un profesional (comencé una ingeniería, pero nunca la terminé), ni presumo de serlo, por lo que no podría ganar lo que gano, y mantener bien a mi familia, si no tuviera un trabajo en la minería. Ahora, después de años, ya no tengo que trabajar en terreno, y realizo sólo labores de análisis y supervisión, pero no me olvido de que no siempre fue así.

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26 febrero 2011

Mi rubia sádica...

-¿Usted se cree que yo soy masoquista?!!, le preguntó un paciente a mi rubia kinesióloga hoy, cuando le estaba haciendo mover su brazo lastimado.
 Ella, con esa paciencia que tiene, hizo caso omiso a su mal tono de voz, y le dijo:
- ¿Cómo, que no es masoquista? Pero no importa, que yo soy sádica...
Si no me cree, pregúntele a :( que también se queja de mí.

Yo le respondí:
No me quejo de usted, y nunca he creído que sea sádica. Lo único que siempre diré es que, sin discusión, es la mujer que más me ha hecho sufrir en la vida...

Rió de buena gana...

Lo malo es que ella ya no tendrá mucha oportunidad de hacerme sufrir, ya que debo volver a mis labores. El médico  -de mutuo acuerdo- me dió de alta.
Este próximo lunes debo subir a la mina, a ese rincón polvoriento en medio del desierto donde transcurre más de la mitad de mi vida, habitualmente, para volver a mi trabajo.

Sólo espero tener la disciplina necesaria para hacer yo solo los ejercicios, que no estoy aún recuperado del todo. Me faltan, según el médico, tres o cuatro meses de terapia, que ahora dependerá en gran medida de mí.
Comenzaré el primer mes trabajando 4x3, para luego retomar mis turnos de 7x7. Mientras esté 4x3 sólo podré ver a la kinesióloga 1 día a la semana. Y ya de 7x7 podré verla una semana sí y a la siguiente no, lo que será algo mejor.

Es que cuesta hacer ejercicios cuando uno sabe que le provocarán dolor, y cuesta ir más allá del dolor cuando depende de uno mismo.
Ya no tendré a mi lado a mi kinesióloga -alta, rubia, bonita (y española)-  diciéndome: Más, más, quiero más, siga, más, más...


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25 febrero 2011

Sorry

A veces, 
uno dice cosas que luego quisiera no haber dicho, 
pero ya está hecho, y no puede remediarse.
A veces, 
uno escribe cosas que luego quisiera no haber escrito 
-un correo por ejemplo-, 
pero ya no puede hacerse nada para cambiarlo.

Pero cuando uno escribe en su propio blog, 
y luego no gusta de lo escrito, 
siempre tiene la opción de arrepentirse, 
y de borrarlo.
Y aunque me parece que con ello le he faltado el respeto a quienes alcanzaron a comentar en él, 
tuve que borrar mi anterior post, 
porque no acabó nunca de gustarme, 
e incluso me molestaba. 
Mis disculpas, en todo caso.


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23 febrero 2011

De vuelta al colegio...

Las vacaciones escolares ya se acaban.
El primer día de clases de much@s niñit@s ya se acerca.
En nuestra casa, esto se hace muy notorio, por la aparición de una serie de sonrientes personajes, destinados a darle la bienvenida a 45 de est@s niñit@s, que el próximo lunes estarán llorando desconsolad@s, mientras a más de alguna de sus madres le correrán también lágrimas por las mejillas.





Muchas veces, es más fácil lograr que los niños dejen de llorar, que conseguir que las mamás abandonen el colegio y regresen a sus casas...  :)

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21 febrero 2011

¿Facebook?

Bueno, se sabía que algún día iba a suceder, pero no pensé que sería tan pronto:

Aparece el primer nombre de un bebé llamado "Facebook"


09:32 horas (El Cairo).- El rol que jugaron las redes sociales en la organización y preparación de las revueltas y descontento social que provocó la caída de Hosni Mubarak en Egipto, ya tiene una impensada consecuencia.


Según informó el diario ABC, una familia egipcia “ha optado por que la revuelta se quede grabada de modo permanente en su seno”, homenajeando también a una de las redes sociales que tanto han contribuido. El resultado: la primera niña llamada Facebook.


Según la revista Al-Ahram, «un hombre joven en sus veintitantos quería expresar su gratitud sobre las victorias que la juventud del 25 de enero ha alcanzado y ha elegido expresarlas nombrando a su primera hija ‘Facebook’ Jamal Ibrahim». El texto también señala que la gente de la región se concentró alrededor de la recién nacida y que la niña recibió muchos regalos para celebrar su llegada al mundo y su nuevo nombre.

Ya nada puede sorprenderme...

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17 febrero 2011

Exijo una explicación...

Hay cosas que uno no entiende, definitivamente.

En una esas salidas de compras a las que lo suman uno se suma a veces, estaba mirando unas pulseras de fantasía, sólo por entretener la espera, cuando me llamó la atención algo que decía la etiqueta de una de ellas.
Me sorprendió, y realmente no pude dejar de preguntarme en qué estaba pensando el que la escribió. Porque, ¿a quién se le ocurre ponerle a una pulsera metálica la advertencia de que no es un producto comestible?



O sea, está bien que somos sudamericanos, y que tal vez los chilenos no somos tan despiertos como quisiéramos, pero de ahí a comernos una ensalada de pulseras...  hay distancia, ¿no?

¿Es que alguien puede creer que esa advertencia sea necesaria?

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