16 julio 2010

Desayunando...


Anoche tuvimos una brillante idea...
Hacer hot-dogs hoy, al desayuno.

Puntos en contra de la idea:
a) el hijo entra a su trabajo a las 8:30, de modo que tenía que ser temprano.
b) no había tomate (¿que es un hot-dog sin tomate?), de modo que papá debía levantarse temprano e ir a comprarlos.

Hasta ahí, todo bien.

Pero como nada es fácil en esta vida, olvidamos un detalle:

Hoy es feriado.
Y siendo feriado, el almacén de la esquina,
ése que abre temprano cada mañana,
ése donde debía comprar tomates,
no abrió temprano...

Ni tampoco los otros del barrio,
los que revisé bajo un aire frío
que me enfrió hasta los huesos...

Cuando volvía helado como helado (valga la redundancia)
y a filo de la derrota,
sabiendo que todo lo demás estaba listo
y a la espera del ingrediente faltante,
se me ocurrió una idea brillante...

Llegado a casa,
me deslicé en silencio en las habitaciones de mi madre,
que como buena anciana duerme hasta tarde,
y "tomé prestados"
los famosos tomates...

Así,
salió adelante el desayuno con hot-dogs,
que por cierto estaban muy ricos...
(quedándome como tarea,
por cierto,
ir al mercado a comprar los tomates
y devolvérselos a la abuelita...)

Moraleja:
"No programe hot-dogs al desayuno,
si no tiene a mamá viviendo en casa"

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