18 mayo 2012

Me gustan las colombianas (y no es chiste...)


Me gustan las colombianas.
Y para que no haya esos equívocos a que están ya acostumbradas mis lectoras, precisaré que me gustan las mujeres colombianas.

Sí, las colombianas, ésas que desde hace ya un par de años han empezado a poblar nuestra ciudad, y se han hecho tan abundantes como las hormigas en tiempo del estío...

Me gustan porque, ya sea una señora mayor que barre la calle frente a una gran empresa, o la dependiente de una tienda de los chinos, o la joven que en los subterráneos del hospital empuja un carro con ropa sucia, o la estatuaria negra que en el supermercado acompaña a un chilenito cualquiera, cualquiera que sea y todas ellas, tienen algo que mis compatriotas parecen no tener. Al menos, es fácil notar la diferencia. 
Por cierto que no son todas las chilenas, y tal vez no serán tampoco todas las colombianas, pero la diferencia es notable, y fácil de advertir. 

Pero que nadie se equivoque, no es por sus medidas anatómicas, no. Es por algo mucho más simple: me gustan, porque se peinan...

Sí, tal cual, porque se peinan cada mañana antes de salir de su casa, y sobre todo, antes de ir a trabajar. Cosa que, desgraciadamente, muchas de mis compatriotas parecen haber olvidado hacer.

El turno pasado -sin ir más lejos- una de mis compañeras de trabajo (joven y agraciada), llegó en la mañana con su pelo tomado en una trenza, que le caía sobre un hombro. Le dije que se veía bien así, y me miró con cara de pregunta. La trenza, le aclaré, nunca te había visto con una trenza. Ah, ¿esto? -dijo tomándola-, no, esta es la trenza que me hago para dormir, pero me dio flojera peinarme hoy, y me vine así...

Mas, no se piense que esto es sólo la actitud de una joven aislada, no. Se ha hecho demasiado habitual. Tanto así, que fui hace ´poco a una empresa de buses, a dejar un paquete que mi madre me había pedido enviara a otra ciudad, y me encontré con la desagradable sorpresa de que las dos mujeres que atendían estaban tan chasconas* como si recién se hubiesen levantado. Me molestó un poco, pues pienso que es una falta de respeto al cliente presentarse así. Pero no era eso suficiente, pues llegaron otras dos -algo atrasadas- y comenzaron a atender público tan chasconas como las anteriores.
Me pareció mal. Eso demostraba que no era cuestión de la falta de preocupación de una persona, sino de la propia empresa. Vi entonces la oficina del jefe de ese lugar, y me asomé -con la intención de sugerirle que eso no se veía bien y dejaba mal a esa empresa- cuando me quedé pasmado: no era jefe, sino jefa, y estaba tan chascona como sus subordinadas.

Las colombianas, en cambio, se peinan. Las ves tú por la calle, o trabajando en cualquiera sea la labor y cualquiera sea el lugar, y están correctamente peinadas. Unas cuantas lo tienen fácil -negras en su mayoría- porque llevan trenzas bahianas, pero las más simplemente se dan el trabajo de peinarse cada mañana. Si llevan el pelo largo, casi siempre está tomado en una cola, en una trenza, o de cualquier forma, y aún si no lo está, lo llevan bien cepillado y ordenado. Da la apariencia de limpieza y de cuidado. Y si lo llevan corto, lo mismo, siempre se ve bien peinado. No he visto una colombiana -y doy fe de que he visto muchas- que anduviera despeinada.

Y por eso digo,o  más bien repito, ¡me gustan las colombianas!

         Chascona
 * Chascona: Adjetivo. Bolivia y Chile: Despeinada. Con los cabellos desordenados. Greñuda.



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4 comentarios:

  1. ¿Sabes?... yo te gustaría mucho.. ;)
    jajaja
    en serio de verdad ¿qué trabajo les cuesta?.. si peinarse es un minuto!!!!!!

    Besos

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  2. En serio que las chilenas no se peinan??!! Mira tú en qué chorradas nos diferenciamos los países... Yo creo que aquí casi todas las mujeres nos peinamos. Hubo un tiempo en que se llevaban las coletas medio deshechas. Te habrías caído de culo si llegas a venir en aquel entonces. Yo no soporto ir despeinada. Si tengo tiempo, me lo aliso. Y tiene que ir cada pelo en su sitio. Si la humedad me lo estropea, me cabreo. Si no me da tiempo, me hago un moño. Pero lo mismo, tiene que estar todo en su sitio.

    Por cierto, te doy toda la razón en que la apariencia de las dependientes es súper importante. Hace no mucho, en una tienda de telefonía, la chica iba con las uñas descascarilladas, el pelo sucio, las cejas con necesidad de pinza, granos en la cara... ¡y en chándal! Me dieron ganas de dejar una queja. Pero luego pensé que probablemente se trataba de un trabajo mal pagado y que probablemente el encargado fuera consciente del tipo de empleada que tenía allí.

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  3. Alucino con eso de que no se peinan. Yo tengo el pelo rizado, y si no me lo arreglase un mínimo, parecería un nido de pájaro XD.Hay pocas cosas que den tanta imagen de dejadez como no peinarse, y con lo poquito que cuesta...

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  4. Aquí cuanto más chascona(en apariencia porque está estudiado), más "status".Cuanto más humilde mejor peinadas, es un echo.

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