05:45 hrs.
Mi profundo y muy agradable sueño fué interrumpido, a medias, por un vehículo que se estacionó fuera de la casa.
Pensé, entre algodonosas y somnolientas nubes: han de venir a buscar al vecino.
Abracé la almohada, y seguí durmiendo.
O lo intenté, porque pasados unos minutos, el vehículo comenzó a acelerar el motor, haciendo ruido.
Pensé, molesto: maldito vecino, siempre tarda en salir.
Nuevo intento de recuperar mi sueño.
Pasado un par de minutos, sonó un bocinazo. Luego otro.
Pensé, ya malhumorado: ¿Pero, otra vez se ha quedado dormido el vecino? Qué irresponsable este hombre, habráse visto...
Me arrebujé con rabia en la frazada, e intenté de nuevo dormirme.
Ya cerraba los ojos, cuando escuché, así a lo lejos, que golpeaban una puerta.
Pensé, soñolientamente indignado: Maldita sea, pero ¿cómo es posible que ese hombre no despierte con nada? ¿y su mujer, cómo es que ella tampoco despierta, caramba?
Mi mujer, pensé entre sueños, sí que vale, que las tres o cuatro veces que -en la vida- me he quedado dormido, ella me ha despertado siempre a tiempo, y he salido a la hora...
Cesaron los golpes.
Ya llegaba nuevamente el sueño, cuando suena un teléfono...
¡nuestro teléfono!
Mi negrita contestó: mhhh? si?
Operadora: Con don :( ?
MN: sihh... que quiere?
Op: Por favor, dígale que el radiotaxi lo está esperando en la puerta hace diez minutos...
Antes de que ella alcanzara a decirme: te quedaste dormido!, ya estaba yo levantándome a cien por hora. En treinta segundos estaba vestido, que ni un bombero habría sido más rápido, aunque sin atarme las botas y con la camisa afuera, que eso tuve que hacerlo en el auto.
Años de trabajar fuera, ya tenía todo listo desde la noche anterior, de modo que tomé el bolso, el notebook, un beso fugaz y salí corriendo...
El taxi llegó a la terminal con el tiempo justo para que mi compañero y yo tomáramos el bus, yo todavía atándome los cordones...
Lo cierto es que el maldito celular no sonó, y no me explico cómo ni yo ni mi mujer nos dimos por enterados de que todos esos ruidos no se debían al vecino, sino a que hoy era lunes, y yo debía subir a trabajar...
28 marzo 2011
25 marzo 2011
¿Qué guisante?
"La reina quería averiguar si la joven era una princesa de verdad.
"Ya sé lo que haré - pensó -. Colocaré un guisante debajo de los muchos edredones y colchones que hay en la cama para ver si lo nota. Si no se da cuenta no será una verdadera princesa...
...A la mañana siguiente, la reina preguntó:
-¿Qué tal has dormido, joven princesa?
- ¡Oh! Terriblemente mal - contestó -. No he dormido en toda la noche. No comprendo qué tenía la cama; Dios sabe lo que sería. Tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!..."
[De: La Princesa y el guisante, Christian Andersen]
Me queda claro: Si hubiese nacido mujer, no habría sido princesa nunca. Jamás. Sin duda alguna.
Sólo al despertarme el celular, en la mañana, he sentido una ligera incomodidad en el costado.
Sólo al levantarme, me he dado cuenta que dormí sobre el control remoto del tv.
Sólo al bañarme, me dí cuenta que tenía marcados los botones del control en la piel.
No. Definitivamente, no habría sido una princesa...
.
Un negro pensamiento de
:(
13 marzo 2011
100% romántica...
En mi trabajo, las mujeres son muy pocas, el 5% del personal.
Eso hace que sean "cotizadas" por el 95% restante, aunque no tengan grandes atributos, necesariamente.
Hace unos meses, llegó una chica nueva, jovencita, y anatómicamente mejor diseñada que el resto.
No es simpática precisamente, pero al 95% restante eso no le importó mucho.
Sobre todo, no le importó a uno.
Un jovencito que, secretamente, le escribió un cuaderno lleno de poemas, escritos a mano, elogiando su belleza.
Cuaderno que una noche, tras introducirse en las oficinas, le dejó en su escritorio, junto a una rosa.
(nótese que no hay rosas en 150 kms. a la redonda).
Para qué decir el revuelo que se armó en esa oficina, al encontrarse tan romántico regalo, al día siguiente.
La destinataria, en cambio, sólo guardó silencio.
Otra de las chicas, que recibe a diario informes escritos a mano por el personal, se dedicó (curiosidad femenina) a revisar uno por uno los informes, buscando identificar al poeta. Y lo logró. Obvio, corrió a contárselo a la muchacha -y a la mitad del personal, de paso- la que, sonriendo, tomó nota de la información que le entregaban.
Lo siguiente que hizo fue dirigirse a la oficina del Gerente, y presentar una denuncia por acoso, contra el ya no anónimo poeta...
Éste fue llamado a no volver a expresar nunca más sus sentimientos de esa manera, ni de ninguna otra, y así acabó la única historia romántica en los 10 años que tiene nuestra empresa en ese lugar.
Son muchos (y entre ellos las demás mujeres) los que aún no consiguen entender desde cuándo gestos románticos como ése pasaron a ser "acoso"...
[Hay que agradecer que esta chica no vivió en otros tiempos, que si no, no se libra ese poeta de ser descuartizado por cuatro caballos, cuando menos...]
(programado)
.
Un negro pensamiento de
:(
11 marzo 2011
Los establos de Augías...
Volví al trabajo.
Y me sentí como debió haberse sentido Hércules
ante los establos del Rey Augías...
...con la sola (y nada despreciable) diferencia
de que a mí no me permiten desviar dos ríos
para que se lleven tanta porquería...
.
Un negro pensamiento de
:(
28 febrero 2011
Flojos y sinvergüenzas
Mi ex-jefe, (véase el inefable) de inolvidable memoria, siempre -durante los diez años que trabajé con él- nos recalcó que nosotros (sus trabajadores), éramos unos flojos sinvergüenzas, que no sólo trabajábamos mal, sino que además ni siquiera trabajábamos...
Sacaba él cuentas como éstas:
- Ustedes trabajan cuatro días y descansan cuatro días, por lo tanto, sólo trabajan medio mes, y por consiguiente medio año.
- Ni siquiera trabajan medio año, porque se toman 15 días hábiles de vacaciones, lo que sumando los fines de semana y descansos previos, hace que estén fuera un mes completo. O sea, trabajan sólo 5 meses al año, unos flojos.
- Pero como son sinvergüenzas además, piden también los dos días de permiso administrativo anuales, e incluso se enferman, y piden licencia médica por una simple gripe.
Visto así, casi cualquiera le encontraría la razón. Quisiera haberlo visto trabajando 12 horas de nochero con gripe, como nosotros lo hacíamos, en todo caso. Porque lo que no consideraba él es que trabajábamos 12 horas diarias, por tanto en cuatro días trabajábamos las mismas 48 horas que quien lo hace por ocho horas 6 días a la semana. De hecho, él trabajaba sólo 45 horas, de lunes a viernes.
Tampoco "recordaba" que él no trabajaba ningún fin de semana, ni feriado. En tanto, nosotros descansábamos un fin de semana de cada 4, y si te tocaba un feriado, pues como si no lo fuera, a trabajar. Así fuese día del trabajador, año nuevo o navidad, había que estar ahí. [La labor no se detiene nunca en una minera.]
El inefable nunca consideró, tampoco, lo que significa para una persona el trabajar con esos horarios. No es normal para un ser humano trabajar cuatro días durante todo el día, con horarios rígidos para las comidas, y luego por cuatro días más, tener todo el tiempo libre y ajustarte a los horarios de comida de casa. Y vuelves al trabajo, pero esta vez en turno de noche, y debes estar doce horas despierto, para después llegar a la casa y tratar de dormir de día, con ruido, con luz, con tu familia esperando que compartas con ellos, que hagas algo más que sólo dormir. Y viene el siguiente descanso, y te pasas las primeras noches sin poder dormir, porque ya te habías acostumbrado a no hacerlo por 4 días. Y molestas a todo el mundo en casa haciendo ruido, viendo la tv, buscando algo que comer porque te dió hambre a las dos de la madrugada, porque a esa hora cenabas en el trabajo.
En fin, que no es tan fácil. Y la vida familiar se afecta mucho, que eso es tema ya para largo.
Esto era cuando yo trabajaba en una mina a una hora de la ciudad, lo que nos permitía llegar a casa cada día.
En realidad, estábamos mucho mejor que lo que estoy ahora, que debo pasar siete días lejos.
Y aún así, para mí las cosas se dan bien, pues la mina está en el desierto, a baja altura geográfica, 2.000 metros o cosa así, por lo que la altitud no afecta para trabajar, y el clima es favorable. Es decir, en el día -todo el año- hace un calor insoportable, y en la noche -todo el año- es frío, pero nada difícil de soportar.
Hay minas en lugares más extremos, sobre los 4.000 metros -incluso sobre los 4.500- y cuando trabajas ahí debes lidiar con el mal de altura y con el frío, con la nieve en invierno y con las lluvias en verano. En siete días el cuerpo se acostumbra a eso, y luego vuelves a casa, generalmente a nivel del mar, con otro clima, y el cuerpo se desajusta completamente, para siete días después repetir el ciclo a la inversa, agregando el hecho de que te pasarás siete días viviendo de noche y durmiendo de día.
Unos meses de eso y luego uno no sabe ya ni qué día de la semana es...
El mejor turno es, en todo caso, el 4x3. Trabajas tres días 12 horas, un día 9 horas, y descansas todos los fines de semana y todos los feriados. Éste el el turno que usa toda la Administración, de Gerentes hacia abajo.
Pero aún de 7x7 es bueno, porque sabes que descansarás un fin de semana por medio (el cambio de turno se hace a mitad de semana). Malo es el 10x8, por ejemplo, en que trabajas 10 días y descansas 8. Ése es el sistema que usan generalmente quienes trabajan dándonos el servicio de alimentación y limpieza. La mayoría son mujeres, y no puede uno dejar de pensar lo que será para ellas estar tantos días lejos de los hijos.
El peor turno que he tenido alguna vez fue el de 20x10, trabajar 20 y descansar 10. Ahí me ocurrió además que mi reemplazo no llegó en una ocasión, y como por ética uno no puede dejar el trabajo botado, pues me quedé 40 días trabajando.

Pues porque se gana bastante más que trabajando en la ciudad. Como dijo Cristina un día, si el puesto es bueno, yo voy donde haga falta.
Incluso bajo tierra, que he trabajado bajo 600 metros de pura roca, y tan tranquilo como si sólo tuviera un cielo azul encima.
Minero en una mina subterránea.
Yo no soy un profesional (comencé una ingeniería, pero nunca la terminé), ni presumo de serlo, por lo que no podría ganar lo que gano, y mantener bien a mi familia, si no tuviera un trabajo en la minería. Ahora, después de años, ya no tengo que trabajar en terreno, y realizo sólo labores de análisis y supervisión, pero no me olvido de que no siempre fue así.
.
Un negro pensamiento de
:(
26 febrero 2011
Mi rubia sádica...
-¿Usted se cree que yo soy masoquista?!!, le preguntó un paciente a mi rubia kinesióloga hoy, cuando le estaba haciendo mover su brazo lastimado.
Ella, con esa paciencia que tiene, hizo caso omiso a su mal tono de voz, y le dijo:
- ¿Cómo, que no es masoquista? Pero no importa, que yo soy sádica...
Si no me cree, pregúntele a :( que también se queja de mí.
Yo le respondí:
No me quejo de usted, y nunca he creído que sea sádica. Lo único que siempre diré es que, sin discusión, es la mujer que más me ha hecho sufrir en la vida...
Rió de buena gana...
Lo malo es que ella ya no tendrá mucha oportunidad de hacerme sufrir, ya que debo volver a mis labores. El médico -de mutuo acuerdo- me dió de alta.
Este próximo lunes debo subir a la mina, a ese rincón polvoriento en medio del desierto donde transcurre más de la mitad de mi vida, habitualmente, para volver a mi trabajo.
Sólo espero tener la disciplina necesaria para hacer yo solo los ejercicios, que no estoy aún recuperado del todo. Me faltan, según el médico, tres o cuatro meses de terapia, que ahora dependerá en gran medida de mí.
Comenzaré el primer mes trabajando 4x3, para luego retomar mis turnos de 7x7. Mientras esté 4x3 sólo podré ver a la kinesióloga 1 día a la semana. Y ya de 7x7 podré verla una semana sí y a la siguiente no, lo que será algo mejor.
Es que cuesta hacer ejercicios cuando uno sabe que le provocarán dolor, y cuesta ir más allá del dolor cuando depende de uno mismo.
Ya no tendré a mi lado a mi kinesióloga -alta, rubia, bonita (y española)- diciéndome: Más, más, quiero más, siga, más, más...
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Ella, con esa paciencia que tiene, hizo caso omiso a su mal tono de voz, y le dijo:
- ¿Cómo, que no es masoquista? Pero no importa, que yo soy sádica...
Si no me cree, pregúntele a :( que también se queja de mí.
Yo le respondí:
No me quejo de usted, y nunca he creído que sea sádica. Lo único que siempre diré es que, sin discusión, es la mujer que más me ha hecho sufrir en la vida...
Rió de buena gana...
Lo malo es que ella ya no tendrá mucha oportunidad de hacerme sufrir, ya que debo volver a mis labores. El médico -de mutuo acuerdo- me dió de alta.

Sólo espero tener la disciplina necesaria para hacer yo solo los ejercicios, que no estoy aún recuperado del todo. Me faltan, según el médico, tres o cuatro meses de terapia, que ahora dependerá en gran medida de mí.
Comenzaré el primer mes trabajando 4x3, para luego retomar mis turnos de 7x7. Mientras esté 4x3 sólo podré ver a la kinesióloga 1 día a la semana. Y ya de 7x7 podré verla una semana sí y a la siguiente no, lo que será algo mejor.
Es que cuesta hacer ejercicios cuando uno sabe que le provocarán dolor, y cuesta ir más allá del dolor cuando depende de uno mismo.
Ya no tendré a mi lado a mi kinesióloga -alta, rubia, bonita (y española)- diciéndome: Más, más, quiero más, siga, más, más...
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Un negro pensamiento de
:(
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