Al día de hoy,
4 males se disputan mis restos...
De ellos,
sólo uno tiene la fuerza necesaria
para terminar conmigo
de una sola vez.
Desgraciadamente,
ese mal parece que fuese sordo,
sordo como una piedra, sordo total,
pues no me escucha cuando le digo,
cuando a gritos le pregunto:
¿a qué esperas?
Estoy cansado.
Sempre digo a todos
que no debe uno quejarse,
que si mira uno en derredor
siempre habrá quien esté peor que uno...
Pero,
en tiempos como éste,
me sucede lo que a todo buen herrero:
termino usando cuchillos de palo...
.
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Sólo dilo, no te cortes...