26 septiembre 2010
Que porquería
es la mente humana.
Trabajo habitualmente siete días,
para descansar luego otros siete.
Hoy es el sexto día de mi descanso,
por lo que debería estar haciendo lo que hago siempre
que estoy con descanso.
Pero no puedo.
No puedo engañar a mi mente.
No puedo convencerme a mí mismo de que no tendría
porqué estar aburrido, ni depresivo a este extremo,
al sexto día de estar en casa.
No puedo hacer que mi mente olvide
que me restan muchos días,
semanas,
meses,
para volver a esa rutina que,
en algún momento, me agobiaba, que no quería más,
que soñaba con dejar.
Que gracia, oh sí, no deja de ser gracioso
que tú pides algo,
y cuando lo recibes, no te agrada la forma en que lo recibiste.
¿No quería acaso descansar?
¿No quería acaso poder dejar ese trabajo que me amargaba,
que me tenía con úlcera y gastritis,
que me tenía al límite de la neurosis?
Y he aquí que ahora tengo eso que quería,
tengo meses por delante,
para descansar,
para olvidar los sinsabores de ese trabajo,
para sanar las heridas de mi estómago,
para relajarme...
Y no me gusta...
Que porquería es la mente humana...
.
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Sólo dilo, no te cortes...