11 enero 2011

Como chofer de panadería...


Tiempo atrás, cuando mi hijo era pequeño, trabajaba como conductor, y debía realizar viajes, a cualquier hora del día o de la noche, siempre corriendo, siempre urgente. Así, ocurría a veces que apenas si paraba en casa lo suficiente para cambiar de ropa, comer algo y dar un beso a mi esposa (que para más no alcanzaba).
En una de esas ocasiones en que debí salir por tercera o cuarta vez, en un viaje de 8 horas, iba cansado. El paso por el desierto, avanzada ya la mañana, no es la mejor manera de permanecer despierto. El calor y el monótono paisaje incitan al sueño. Sabía que no estaba bien, pero no podía dejar de hacer el viaje. Era mi trabajo.
A la salida de la ciudad, una joven pedía que la llevaran. Decidí recogerla, pensando en que así, teniendo con quien conversar, el viaje se me haría más llevadero.
Y así resultó. Era muy habladora, y dos o tres horas después recién empezó a acabársele el repertorio de historias y tonterías que decir. Y cuando al fin se quedó callada, empezó a atacarme el sueño.
Al fin decidí que no podía seguir así, y le dije que iba a detenerme a dormir un rato.
Cuando uno le dice esto a una mujer que recogió en el camino y que no lo conoce, en medio del desierto, donde no se ve ni un alma y apenas si pasa uno que otro vehículo, lo habitual es que se pongan nerviosas y en guardia, y hay que darles mil explicaciones, para tranquilizarlas.
Esta chica, en cambio, me dijo simplemente:
- ¿Y por qué no sigo manejando yo?

La miré con cara de duda, seguramente, porque enseguida me dijo:

- Si yo sé manejar, tengo licencia y todo. Para que sepa, yo trabajo como chofer de panadería...

Si en algún momento había pasado por mi mente la idea de dejarla manejar, para no atrasarme, al oír esa frase la descarté de inmediato...

Y es que un chofer de panadería es un conductor que trabaja de 6 a 8.30 de la mañana, llevando el pan desde una panadería a los distintos almacenes de barrio, donde será vendido a toda esa gente que debe levantarse temprano (estudiantes, trabajadores, etc). Y deben hacerlo rápido, porque los lugares son muchos y las distancias a veces largas, y no pueden atrasarse en el reparto. De modo que corren como si no hubiese nadie más en las calles, no respetan señales ni semáforos ni sentido del tránsito...  vamos, que es la peor recomendación que podía darme para que le pasara el vehículo de la empresa, en una carretera recta y plana, que invita a correr...

De modo que me detuve a la vera del camino, recliné el asiento, guardé los documentos y las llaves en mis bolsillos, puse la alarma del reloj media hora más tarde, y me acosté a dormir.
Cuando desperté, no estaba. Seguramente detuvo algún vehículo que pasó y se fue, ofendida porque no la dejé conducir.

Me acordé de esta historia porque ayer, se me atravesó una camioneta conducida por una mujer, que parece recordó de pronto que quería doblar a la izquierda... y lo hizo!. Sin mirar por el espejo, sin señalizar, sin ni siquiera fijarse que yo estaba prácticamente encima suyo...
Y pensé entonces en que parecía chofer de panadería...

No se crea, eso sí, que yo soy de los que piensan que las mujeres conducen mal.
Creo más bien que, como los ratones, cargan con la culpa de algunas. Porque cuando un ratón se come el queso, se dice que "fueron los ratones", y cuando se ve a una mujer haciendo algo insólito detrás de un volante, se dice que "las mujeres conducen mal".


Porque, que hay algunas que cometen aberraciones tras el volante, las hay...

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4 comentarios:

  1. No me extraña que no le dejaras conducir. Yo sólo le dejo mi coche a mi padre y a El Ese, a nadie más. Ni siquiera me gusta montarme en el coche de los demás si no sé cómo conducen.

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  2. Pero no manejamos tan mal no seas severo!

    Yo condusco rapido, rapido, rapido que da miedo, pero soy muy precavida con mis espejitos y todo.

    Un beso

    He vuelto!

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  3. Doctora: yo no le tengo mucho apego a las cosas materiales, de modo que mi auto sí lo presto. Pero en ese caso era de la empresa, y arriesgaba mucho.

    Volviste!
    Bueno, te daré un ejemplo, para que veas que no es que sea tan severo:

    Una mujer, en un vehículo 4x4 enorme, conduciendo por el centro de la calle, que no deja pasar a nadie, ni por la derecha ni por la izquierda. (Eso es usual, los hombres también lo hacen.)
    Llega a una esquina, con semáforo en verde, y frena bruscamente, haciendo que los seis o siete que la seguimos tengamos que parar igual de brusco, casi chocando con el vehículo de adelante.
    Todos nos preguntamos: ¿por qué se detuvo, si hay luz verde?
    Y entonces la vemos preguntar por la ventanilla, a un tipo que estaba en la esquina, si tenía fuego para encender su cigarrillo...
    Como el tipo le dice que no tiene, ¿acaso siguió adelante? no!, se quedó allí, pese a la luz verde, mirando alrededor en busca de alguien que si lo tuviera...

    Y ésas son las que les dan mala fama a las demás...

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  4. jajajajaja pero eso es el colmo!

    Si el coche no traia encendedor y ella venia como yo cuando salgo de la oficina la entiendo =D.

    Un beso

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Sólo dilo, no te cortes...