28 septiembre 2010

Entre tanta espina, una flor...


Rodeado de estériles piedrecillas, 
pleno de espinas, 
pero eso no le impide 
alegrar la vida a los demás 
con una hermosa flor...


Al final, dicen, a todo se acostumbra uno.

Y tendrá que ser.
Tendré que acostumbrarme a estar en casa
durante un mes,
que es la licencia médica que me dieron.

No me hace gracia.

Tampoco me hizo gracia la dieta
que me dieron para la úlcera, hace una veintena de días.
Pero me acostumbré.

De modo que será lo mismo para lo demás,
para lo que ha venido,
para lo que vendrá.

¿Que saca uno, al fin y al cabo,
con amargarse tanto?
Las cosas no cambian por eso.
O, mejor dicho, sí cambian,
pero para peor...
Porque si además de estar pasando por momentos desagradables,
es uno desagradable hasta consigo mismo,
no puede traer eso nada bueno.

De modo que a respirar profundo,
levantar la cabeza,
y a ver si le encuentro el "lado amable" a todo esto...

.

2 comentarios:

  1. hola:

    Esas flores Son las mas hermosas por que apesar de no llevar mucho cuidado florecen! podria parecer que las espinas son como adversidades y aun asi las superan.

    Me he dado cuenta leyendo algunas entradas de tu blog que estas un tanto depresivo y me pregunto por que?

    lo que necesites en este mes de licencia que te espera que podrias provecharlo en muchas cosas o en nada como quieras PERO QUE TE MEJORES...

    un beso

    ResponderEliminar
  2. En verdad es difícil para un hombre que lleva años trabajando, hacerse a la idea de que no puede trabajar... y creo que ésa es la razón básica para andar depresivo...

    Tengo otras razones, quizá si más importantes, pero ésas no están en el blog, nunca han salido de mí... y puesto que las llevo desde hace mucho tiempo conmigo, no creo que sean lo que me tiene así...

    Soy adicto a mi trabajo, creo... y eso debe ser todo...

    ResponderEliminar

Sólo dilo, no te cortes...