Al final,
01:00 hrs,
sólo quedó este globo en el pasillo,
como mudo testigo de lo ocurrido.
Claro, y el dolor de cabeza al día siguiente.
Pero, mi esposa y yo somos como todos los que tienen un vicio.
Como los bebedores,
que luego de una borrachera,
cuando se lo han vomitado todo
y no pueden más del dolor de cabeza,
dicen: "no bebo más, nunca más..."
Y a la primera oportunidad,
ya están ahí otra vez, con el vaso en la mano.
Así somos.
Después de decir que no volvemos a prestar la casa
para cosas como ésta,
cuando acuden a nosotros no podemos decir que no...
Mi negra es "corazón de abuelita",
demasiado fácil de convencer (por otros).
Y cometió el error de casarse con uno que es peor que ella,
que no conoce la palabra no...
Menos aún cuando quien me lo pide es ella.
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Sólo dilo, no te cortes...