18 octubre 2010

De consultas médicas y chocolates...


El otro día fuí al médico, finalmente.
Me convencí que esperar que algo suceda por otro lado, es inútil,
y necesitaba al menos saber cómo estoy en realidad,
y qué consecuencias puede tener el quedarme como estoy.

Fuí a un buen traumatólogo. Uno bueno.
Tenía hora a las 17:00.
 Llegué como acostumbro, a hora militar, 15 minutos antes.
La recepcionista de la entrada me preguntó:

- ¿Tiene algo más que hacer?
- No, nada.
- Ah, es que el doctor llegó atrasado.

¿Doctor atrasado? me dije.
Y pensé que tendría que esperar una hora más, o cosa así.
Pasé a la consulta.

La recepcionista del médico me recibió los papeles de la citación,
y me preguntó:

- ¿Tiene algo más que hacer?
- No, nada, señorita, no tengo nada más que hacer.
- Ah, es que el doctor llegó atrasado. Muy atrasado.
- Mhhh, y ¿cuántos pacientes hay antes que yo?
- ¿A ver? Eeh, uno, dos, tres... sí, doce...
- ¿Doce?
- sí, es que aún están los pacientes de las tres de la tarde...
- ...

Sé positivo, me dije.
Piensa, si él médico se demora 10 minutos con cada paciente,
serán... 2 horas.
¿y qué son dos horas? la nada misma. A esperar pacientemente entonces.
La sala estaba llena. Llena.
Salió un paciente, entró otro. Con eso logré un asiento.
No había ni una revista para leer.
Leí todos los poster de propaganda traumatológica
que había en las paredes de la consulta.
Muy interesante (tétrico diría yo) ver las imágenes
de tornillos de titanio puro atravesando huesos y articulaciones (brrr..)
Muy extraño ver al lado mío pacientes llevando esos tornillos,
 fijados a barras que inmovilizaban sus huesos.
Miré mi hombro, y casi creí ver algunos tornillos saliendo de ahí...

Pasaron diez minutos. El paciente no salía.
Veinte minutos, salió.
Dios, pensé.
Veinte minutos por paciente, serían 4 horas... O_o

Sólo me quedaba rogar porque saliera de la consulta antes de la medianoche...

La única dizque entretención posible era un televisor, apenas audible.
Una telenovela, por dios, que aburrimiento.
(puedo ver telenovelas, me han gustado algunas telenovelas, pero no ésa, no)
luego, un programa juvenil, con concursos, en el que nadie
sabía ni la mínima cosa, cosas que deberían haber aprendido en la básica.
Otra telenovela.

Soporté bastante bien la tediosa espera.
Lo que no pude soportar fué el ver a la recepcionista, rellenita ella, comiendo chocolates...
(me quedaba justo enfrente)
Y es que no se los comía, así simplemente, no.
Los disfrutaba...
No sé en qué estaría pensando cuando se los llevaba a la boca,
pero válgame dios, su cara daba una idea aproximada...
Se me pasaron muchas cosas por la cabeza,
incluyendo algunas que saben muy rico mezcladas con chocolate...
(las cosas que piensa uno cuando lleva dos horas de espera en una consulta médica)

Tuve que salir.
Tuve que hacerlo.
No es cosa buena estar viendo comer chocolates,
cuando a uno se los tienen prohibidos.
Y tampoco es cosa buena el estarse "ratoneando"
con la recepcionista de una consulta médica,
aunque nadie se lo haya prohibido...


.

2 comentarios:

  1. jejejeje.. que estarias pensando!!

    finalmente cuanto esperaste y que te dijo el doctor!!???

    ResponderEliminar
  2. Salí de la consulta a las 21:30...

    Y supe que en lugar de un tendón roto parcialmente, que yo creía tener, en realidad son 2 que están parcialmente mal, y otro más totalmente cortado... tres en lugar de uno...

    El médico dice que sí o sí hay que operarse... y da plazo de tres meses, de lo contrario, ya no se puede arreglar...

    De modo que me dije: al diablo con todo! Pasará lo que tenga que pasar...

    ResponderEliminar

Sólo dilo, no te cortes...